El artista ucraniano Housch-ma-Housch vuelva a sorprender en el festival de payasos de Cornellà

El artista ucraniano Housch-ma-Housch vuelva a sorprender en el festival de payasos de Cornellà

El excéntrico artista ucraniano Housch-ma-Housch, el payaso catalán Tortell Poltrona y el popular y provocador Leo Bassi han sido los tres artistas más destacados de la 16 edición del Festival Internacional de Payasos de Cornellà, que terminó ayer domingo después de una semana de espectáculos y un aumento de público respecto a la última edición (2012).

Housch-ma-Housch, que había actuado en el festival en 2008, cuando era un absoluto desconocido, es ahora un prestigioso payaso y estrella del cabaret Lido de París. Sus dos entradas en la primera función de la gala (viernes 17 de octubre) fueron de las más aplaudidas por el público, que casi llenó las gradas del Circo Wonderland instalado en la plaza Catalunya. Entre los asistentes estaba el periodista de La Sexta y vecino de Cornellá Jordi Évole.

Housch-ma-Housch conectó gracias a un personaje de lo más inverosímil y a sus reiterados fallos y torpezas. Todo terminaba con el payaso diciendo caput. Y luego las risas del público. Sus personalísimos gestos y sonidos, junto con una estética moderna, gustaron. Los rusos Licedei, en cambio, estuvieron muy irregulares en sus entradas, con buenos momentos y otros, en cambio, muy desconcertantes. 

Tortell Poltrona, por su parte, presentó sus clásicas entradas y terminó cantando el himno del festival con el resto de payasos de la gala, incluidos los mozos de pista. Pere Hosta, Toti Toronell y Miner Montell estuvieron muy finos y divertidos, aunque quizás les faltó un poco de desparpajo. Ah! Y vistieron de amarillo, un color muy raro en unos mozos de pista. La gala dirigida por Tortell Poltrona estuvo bien, que ya es decir mucho después de las dos últimas ediciones. Hubo variedad de estilos y calidad.

Fuera de la carpa, Leo Bassi agotó las entradas de la Sala Romagosa y ofreció un auténtico recital de buen humor y provocaciones. El público se lo pasó en grande con el espectáculo The Best of Leo Bassi. Con 62 años de edad, Bassi reivindicó su oficio, cargó contra las multinacionales, recordó sus pinitos en Cornellà hace 30 años y terminó con calzoncillos y bañado de miel. Estuvo soberbio.

En la misma sala actuaron sábado y domingo Dúo Bonito, una pareja que presentó un excelente espectáculo musical con un hombre orquesta que tocaba de todo y más (Nicolas Bernard), y una cantante que se fue creciendo a lo largo de la función (Raquel Esteve). Una lástima la poca gente que acudió a las dos representaciones. Se perdieron un divertido espectáculo y un increíble ejercicio final. Nicolas y Raquel juntaron las bocas, como si se dieran un beso, y de allí salió música, buena música. ¡Brutal!

El festival parece que ha recuperado el pulso, aunque como es normal se han escuchado algunas críticas. Han faltado payasas –la única mujer de la gala fue una voz en off– y además el programa era conservador, con una mayoría de artistas –Tortell Poltrona, Housch-ma-Housch, Leo Bassi o Peter Shub– que ya han visitado el festival en ediciones anteriores.

El festival, que está organizado por el Ayuntamiento de Cornellà y ha contado este año con un presupuesto de 350.000 euros, se celebra cada dos años. La próxima edición, en 2016.     

 

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