Genís Matabosch: ‘Somos más revolucionarios que nadie’

Genís Matabosch: ‘Somos más revolucionarios que nadie’
Genís Matabosch presenta una función de circo. Foto: Bertrand Guay.

Del andamio a la pista. Genís Matabosch (Figueres, 1977) compagina la organización y presentación del Festival del Circ Elefant d’Or, que empieza hoy en Girona, con la dirección de unas obras de ampliación que convertirán el museo Circusland, en Besalú (Girona), en uno de los grandes epicentros mundiales del circo. Cada día coordina estos trabajos desde un azotea con espectaculares vistas a la comarca de La Garrotxa, entre palés y sacos de cemento. Con este decorado de fondo, y horas antes de salir a la pista del festival, Genís Matabosch defiende con contundencia su modelo de circo.

Este año se esperan nuevos récords.
Hemos conseguido que dos de las compañías acrobáticas de China se fusionen y presenten en Girona el mayor grupo de malabaristas con jarrones que se haya visto nunca. Son la compañía de Nanchong, que ganó el León de Oro en el festival de Wiquao (China), y la troupe de Dezhou.

Por primera vez se verán trapecios triples en un festival.
Esta es una historia muy bonita. En una de las primeras ediciones invitamos a los Flying González, que eran tres hermanos: Elias, Livorio y Tatán. El número no lució. La carpa era muy baja y en una función se tuvo que suspender el número por una tramontana bestial. A pesar de ello, la jefa de cásting del Cirque de Soleil los contrató para el espectáculo La Nouba, en el Parque Disney de Orlando, en Estados Unidos. Allí, Tatán fue de los primeros trapecistas de esta nueva generación en conseguir el cuádruple salto mortal. Desde entonces, su humilde circo de familia en Chile se ha convertido en uno de los máximos circos del mundo.

Y ahora vuelven.
Nos hace mucha ilusión invitarles de nuevo, ahora con este inmenso reto que es hacer, por tercera vez en la historia, los triples trapecios volantes con un grupo enorme de catorce trapecistas a la vez. El festival permite conocer a mucha gente y, en algunos casos, su paso por el festival representa un antes y un después de su carrera. Me siento un poco padre.

El caso del payaso Matute también es muy claro. Después de Girona estuvo en el Circlássica, en Madrid, y este año en el Cirque de Hiver, en París.
Y Rich Metiku, que acabó en el Moulin Rouge de París. La troupe Zola, que ganó el festival de Budapest y estuvo la temporada pasada en el Knie, fue el oro de nuestro primer festival, en 2012, y así tantísimos casos.

¿Y este es tu récord?
[Ríe] No vivo para récords yo, estoy muy lejos de esta idea y de la competición. Mi récord es dedicarme a lo que me gusta, ser feliz todos los días y hacer el único museo profesional de circo de Europa.

¿Cómo afecta la guerra de Ucrania y Rusia al festival?
En nuestro caso no afecta, tenemos números de Rusia y de Ucrania. Para mí el circo es el lugar de la concordia y todos los artistas que aceptan actuar son bienvenidos. A pesar de que la política a veces quiera tener la cultura de su color, nosotros no somos partidarios y creemos que la cultura, y especialmente la del circo, no tiene que sucumbir a este error. Nuestros colaboradores y amigos rusos siguen siéndolo en la medida en que creo que ninguno de ellos ha decidido que su país ponga en marcha una guerra.

¿Y cómo son las relaciones con el nuevo Ayuntamiento de Girona?
No he percibido nada diferente. Nos sentimos muy cómodos en Girona. El festival posiciona Girona a nivel mundial y supone una inyección económica considerable en el momento más mustio del año. El festival llena los hoteles, llena los restaurantes y hace funcionar el comercio. Los taxistas nos dicen que somos el evento de Girona con más retorno económico. Y además, hay un retorno intangible, que es el del espectador satisfecho.

Casi 30.000 espectadoras cada año.
Traemos lo mejor de lo mejor del circo de todo el mundo. A nivel de repercusión, somos el primer festival de circo de Europa. Somos los que hacemos tambalear el sector y sacudimos el mercado. Es un festival que arriesga. El miedo no es nunca un buen acompañante. Y Girona es una embajada cultural que cualquier ciudad catalana, española o europea le gustaría ser.

Por tanto, el festival está consolidado.
No hay nada consolidado. Cuando ponemos las entradas a la venta, nuestros aforos están vacíos. Yo no tengo un contrato con el espectador para que compre entradas cada año. Por tanto, la consolidación se gana día a día.

En los últimos seis meses Girona ha vivido tres grandes eventos de circo. ¿Hay sobreoferta o retroalimentación?
Yo creo que las buenas películas son las que generan los forofos en el cine. Y si hay buen circo, habrá aficionados. Lo que me da miedo es el mal circo, porque hay el riesgo de que la gente que lo consume no vuelva. Y éste es el gran error, poner todo el circo en el mismo saco.

Cuando hace dos años recibiste el premio de la Crítica dijiste que tu modelo de festival de atracciones y naciones iba a contracorriente y huía de las modas.
Somos más revolucionarios que nadie. Lo que molesta es lo que marca la diferencia y hace avanzar las cosas. Actualmente, seguir la corriente es estar de acuerdo con el circo dramatizado, y no seguir la moda es reivindicar un circo de máxima excelencia, un circo internacional, un circo que no lo hacen solo quienes votan a los políticos del entorno del evento. Nosotros hacemos aquello que los que ahora siguen la corriente decían que era una realidad muerta, mientras que ellos se definían como el futuro. Pues esta realidad muerta es la que mueve cada año a miles de espectadores más en nuestro país. Somos especialmente revolucionarios; somos, seguramente, los revolucionarios.

Es un circo popular
Y democrático. El circo tiene una fuerza, que es la fuerza de la universalidad, y lo más fuerte que tiene es que no va vinculado al nivel cultural. Eso hace que sea muy potente como espectáculo. El circo no distingue entre religiones, culturas, orígenes ni lenguas; no hay circo de atracciones reservado a élites intelectuales. Ésta es la gran fuerza del circo. Tenemos espectadores que vienen expresamente de Rusia, de Chile y de Asia. Creo que hay muy pocos certámenes de artes escénicas en que esto ocurra.

¿Te sientes más productor, empresario, director?
Siempre he sido un aficionado del circo. Este año lo cuento en el programa del festival. Cuando era un adolescente viajé por primera vez a ver circo por Europa. Siempre veía las mismas caras y los mismos artistas que pasaban de un circo a otro. Parecía el juego de las sillas.

Tu modelo de presentar atracciones inéditas en Europa es completamente diferente.
Es el del descubrimiento y la emoción. Estas series de 24 atracciones nuevas en Europa suponen una competencia abismal para el artista, que en los años noventa estaba cómodamente con un punto de relax respecto al ensayo, la disciplina y la técnica. Esta competencia, que llega a través del festival, hace que el sector artístico no pueda dormirse. Creo que esto ha sido y es muy positivo.

¿Cuándo se podrá visitar la ampliación del Museo Circusland de Besalú?

Trabajamos cada día. Probablemente, primero abriremos la sala de exposiciones temporales y después la ampliación de las salas de exposición permanente. Toda la obra para exponer ya está a punto.

También tienes previsto digitalizar buena parte del material.

A este proyecto lo llamamos Circusiana. Permitirá a los investigadores trabajar en sus tesis doctorales y, además, permitirá encontrar documentación sobre familiares. Muchas veces nos llegan peticiones de personas que buscan información de su abuelo o bisabuelo que había trabajado en un circo pero que murió sin hablar de esta etapa. Esto nos pasa cada mes.

¿Y cómo se podrá hacer esta investigación?

Hemos conseguido la colección de programas de mano de Alain Simonet, que es la colección más grande de programas de mano de circo en el mundo, con casi 32.000 referencias. Como cualquier hemeroteca de prensa histórica será consultable online. También se podrá consultar toda la colección de fotografías del fondo Vilar, con más de 30.000 negativos, y el fondo de Josep Vinyes.

¿Cómo se amplía el fondo de Circusland?
Cada día recibo piezas nuevas, sean libros, grabados, postales o programas.

¡Esto cuesta mucho dinero!

Hay muchas cosas que cuestan dinero. No fumo, no bebo y no voy a grandes restaurantes. En la vida todo son prioridades.

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