Iván Prado: el alma de Payasos en Rebeldía

Iván Prado: el alma de Payasos en Rebeldía
Payasos en Rebeldía. Iván Pradó

Iván Prado va armado, pero no es peligroso: el fundador de Payasos en Rebeldía utiliza armas de diversión masiva para luchar contra las injusticias que azotan nuestro mundo.

De Lugo a Chiapas

Según cuenta la madre de Iván Prado (Lugo, 16/11/1974) su hijo sentía desde que era niño la necesidad de hacer reír a la gente: en los autobuses de línea si no conseguía que nadie riera o aplaudiera sus ocurrencias se ponía a llorar.

Tenía unos veinte años cuando se inscribió al primer curso de clown que vio anunciado, impartido por un tal Pascale, miembro de Épée en bois, una compañía teatral dirigida por Antonio Díaz Florian. Iván se las ingenió para convencerles que le dejaran unirse a ellos y se fue a la capital francesa con una maleta cargada de ilusiones.

Actuó con Épée en bois en el teatro que tenían en la Cartoucherie, una antigua fábrica de municiones situada en el corazón del Bois de Vincennes, junto al Parque Floral de París. Allí conectó con el teatro clásico popular, pero a los pocos días empezó a librar una batalla consigo mismo debatiéndose entre ser actor o activista social.

Sus contactos con la revolución zapatista le llevaron a formar parte de una caravana internacional que se desplazó a Chiapas (Méjico) para hacer reír con sus ocurrencias y con la representación de ‘La Máscara’, una obra de Lope de Rueda, que al estar escrita en castellano antiguo tenía muchas palabras comunes con el castellano de los indígenas.

El payaso sirve para reírnos de nuestro dictador interior que nos dice lo que está bien y lo que está mal

Iván Prado

El nacimiento del Festiclown

A su vuelta creó el primer festival de payasos de Galicia: Clowntra viento y diarrea (1999), incluido en el Festival de Cultura Quente, un evento cultural alternativo celebrado en la Carballeira de Caldas de Reis.

El festival clownesco se celebró al año siguiente al margen de Cultura Quente y cambió de nombre para dar paso al Festiclown, una fiesta popular que implicó de manera sorprendente a la ciudadanía de Pontevedra hasta el punto que gente que se encontraba a Leo Bassi por la calle le invitaba a comer a su casa.

La iniciativa fue cambiando de ciudad para llegar a todo el pueblo gallego. Los beneficios económicos de la actividad sirvieron para financiar iniciativas sociales, dando pie a un movimiento de solidaridad internacional que desembocó en la creación de la cooperativa de gestión cultural Culturactiva S. Coop. Galega (2000).

La primera experiencia en Palestina

Iván hizo gestiones en 2002 para ir junto con otros payasos al conflicto bélico de Irak y al ser inviable el envío de armas de diversión masiva optó por mandarlas a Palestina en la que fue la primera colaboración con PSF.

Una vez allí chocaron con la realidad: hacer talleres clownescos era imposible por los toques de queda que hacían que la población permaneciera buena parte del tiempo encerrada en su domicilio. Los tres payasos no se dieron por vencidos y en una terraza del hotel en el que se alojaban en Jerusalem crearon un espectáculo en el que Iván interpretó a Rosalinda, la disparatada partener de un mago cómico.

Se fueron a actuar en un colegio situado en un campo de refugiados de Eres, en la franja de Gaza. Después de cambiarse en un pequeño cuarto situado detrás del escenario empezaron a recortar papeles de periódico porque se habían quedado sin confeti. De repente, el ejército israelí empezó a bombardear y no sabían dónde esconderse. A Iván le dio por mirar a través de la puerta y vio una imagen que cambió su vida para siempre: los niños y las niñas de pie en el patio cubierto aplaudiendo para insuflar valor a los payasos y mitigar el sonido de las bombas. Allí entendió el poder de la risa y de la alegría y el derecho inalienable de la infancia a no ser adultos en miniatura.

La gente más alegre del mundo vive en lugares en los que no saben si mañana estarán vivos

Iván Prado

Los payasos llegan a Chiapas

Una de las actividades promovidas por Culturactiva fue llevar a Carlo Colombaioni a Galicia para dirigir ‘Manicomio só para clowns’, obra en la intervenían payasos del Festiclown, bautizados para la ocasión como compañía Os sete magníficos. Las enseñanzas adquiridas fueron básicas a la hora de crear la gira que los conduciría a Chiapas para mostrar a los indígenas el arte del payaso.

Los indígenas les llamaban los Payasos gallegos de Galicia, apelativo que quedó “desfasado” al año siguiente cuando integraron a su equipo a Pablo Muñoz, nacido en Talavera de la Reina. Buscando un nombre más adecuado a la realidad decidieron llamarse Payasos en Rebeldía y en las Cascadas Roberto Barrios de Palenque realizaron una clownesca ceremonia de bautizo. Entonces no había ninguna intención de hacer ninguna organización sino simplemente tener un nombre con el que identificarse.

Los indígenas se aprendieron los diálogos de memoria y al año siguiente todavía se acordaban. A Iván, que nunca ha tenido ningún nombre artístico, le hacía gracia ver como en cada comunidad le llamaban de una forma distinta: ‘Pataplán’, ‘Sancho’, ‘Loconuc’ (cuello loco), ‘Payaso Gordo’… 

El universo indígena guarda mucha relación con la risa, aunque su comportamiento durante las actuaciones no se rige por los mismos patrones. Unos esperan a reírse a que la función haya terminado porque no quieren perderse detalle y otros les piden que vuelvan a repetirla tal cual porque les ha encantado.

En uno de los viajes montaron la primera compañía de payasos zapatistas: los letrinautors. Carlos Yllanes impartió un taller de zancos y como Iván no sabía quiso aprender. La primera lección fue saber cómo caerse, experiencia inolvidable que le costó dos costillas rotas. Así empezó una gira en la que visitaron poblados en los que únicamente podían llegar a pie…

La conexión de Payasos en Rebeldía con la Chiapas se mantiene viva gracias a iniciativas como ‘La travesía por la vida’, un viaje de 165 zapatistas por Europa a los que acompañaron.

Para saber más

El Festiclown se traslada a Palestina

La ofensiva del ejército israelita contra el pueblo palestino en la llamada Operación Plomo Fundido fue el detonante para que Iván decidiera volver a Palestina y en abril de 2009 organizó la primera caravana de Payasos en Rebeldía. En este viaje conoció al adolescente Mohammed Abu Saja, quien cinco años después, ya convertido en payaso y profesor circense, fue encarcelado injustamente por Israel aplicando la detención administrativa y liberado unos meses después.

El payaso es una herramienta que se crea para enfrentarse al poderoso a través de la risa

Iván Prado

Tras esta visita el Festiclown se trasladó de España a Palestina. Iván viajó unos cuantos meses antes a Israel para organizar el festival, siendo detenido el 26 de abril de 2010 a su llegada al aeropuerto de Ben Gurion de Tel Aviv. Después de separarle de la traductora que le acompañaba le interrogaron durante horas y tras permanecer una noche en una celda, ambos fueron expulsados al día siguiente del territorio israelí por cuestiones de “seguridad nacional”.

El suceso dio la vuelta al mundo: cuando llegó a Madrid recibió la llamada de Leo Bassi, quien le informó que su historia aparecía en el New York Times. Israel, dándose cuenta de la repercusión en los medios intentó lavar su imagen autorizando al año siguiente la celebración del Festiclown y un festival de circo contra la ocupación, convirtiéndose así en los primeros eventos del estilo celebrados en el mundo árabe. 

Iván, durante los días de preparación de la primera edición del Festiclown en Palestina (2011) escribió crónicas sobre la aventura, deprisa y corriendo, en los cybers que encontraba, con el hándicap de utilizar un teclado árabe. Los escritos fueron publicados en la web de Rojo y Negro, el vocero de la Confederación General del Trabajo (CGT), una asociación de trabajadores y trabajadoras anarcosindicalista, de clase, autónoma, autogestionaria, federalista, internacionalista y libertaria.

Enlace a las crónicas

Otros proyectos solidarios

Payasos en Rebeldía fueron de los primeros en llegar a Idomeni cuando más que un campo de refugiados era un mar de lodo en medio de la valla que separa Macedonia de Grecia. Iván, al ver la cantidad de gente que caminaba descalza se descalzó y al cabo de un rato se conmovió al encontrarse con un niño sirio que se quitó las zapatillas y se las quiso regalar.

La banda musical Txarango contactó con Iván para proponerles colaborar con Payasos en Rebeldía. La primera vez fue en 2018 cuando visitaron Serbia de la mano de las organizaciones no gubernamentales No Name Kitchen y Jutt Helping People para hacer reír y bailar a todas esas personas que viven escondidas esperando el momento propicio para intentar saltar las vallas y probar suerte. Con los músicos catalanes también han viajado a Palestina, Melilla e Israel.

La primera escuela de circo social ubicada en un campo de refugiados palestino

Payasos en Rebeldía es una organización internacional que no cuenta con estructura de socios ni sede y que se autofinanza con todo tipo de actividades como galas solidarias, libros, venta de camisetas, conferencias o talleres como el que Iván imparte actualmente por todo el Estado español: ‘Payaseando la existencia’ conecta con la esencia del ser humano a través del juego del clown, una formación que tiene mucho que ver con el crecimiento personal y la rebeldía.

Los ingresos conseguidos gracias a esta gira irán destinados a financiar la Rebel Circus School, la primera escuela de circo situada en un campo de refugiados/as palestino, concretamente en el de Aida.

Info ‘Payaseando la existencia’

Info Payasos en Rebeldía

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