Alfonso Jimenez: “Llevo tiempo reflexionando sobre la identidad cultural del circo madrileño”

Alfonso Jimenez: “Llevo tiempo reflexionando sobre la identidad cultural del circo madrileño”
Alfonso Jimenez en el espectáculo Mestre Fufo

Artista de circo, bailarín de claqué y saxofonista, Alfonso Jimenez se ha posicionado como una importante figura del circo madrileño en los últimos años. Produce y distribuye espectáculos además de programar el Festival Cirqueando, que este año llega a su quinta edición en la Sierra Norte de Madrid. 

Formado en la Escola de Artes y Oficios do Espectáculo Chapitô de Lisboa, L´ecole de Cirque de Lyon, Le Théâtre Acrobatique en Marsella y la Music’Halle L’école de Toulouse, Alfonso funda compañías de payasos y de teatro-circo, como Los Green Chichón o Fan Fin Fon en los tres países en los que se ha formado.

Por segunda vez en su carrera se dispone a estrenar una de sus producciones en el Teatro Circo Price con el proyecto grupal Transbordo el próximo 24 y 25 de mayo

Desde tu posición de artista y productor, ¿cómo ves el circuito de programación en España con respecto al Circo?

Siento que el circo sigue demasiado asociado al público infantil. Hay un gran trabajo que hacer para acostumbrar a espectadores y programadores a que hay propuestas para todos los públicos.

También hay un estereotipo de circo que todavía no se ha roto en muchos lugares y que lo encierra en algo que tiene que ser por fuerza cómico, sin mensaje, con un humor blanco, sin texto y que no sea provocador.

Creo que hay un gran camino que hacer con respecto al circo en la sala y esa es la aspiración que tenemos con Transbordo, que estrenamos próximamente en el Price.

¿Qué podrías contarnos de este próximo estreno?

Vamos a presentar Transbordo, de la Compañía Circusband. Es un espectáculo que llevamos dos años creando, una propuesta de circo contemporáneo por la importancia del texto y la dramaturgia para contar una historia que al principio es metafórica y difusa pero termina entendiéndose al final.

Es la primera vez que apuesto por trabajar el circo desde el punto de vista teatral, con un trabajo muy profundo de dramaturgia basado en una entrevista personalizada a cada uno de los intérpretes. Así surgió el texto y la trama del espectáculo, que habla sobre el viaje en sentido físico y metafísico y que es una apuesta nueva para mí porque yo siempre he hecho precisamente circo familiar.

La Compañía Circus Band presenta Transbordo

Después de Mestre Fufo, tu último solo, en este proyecto cuentas con un equipo grande, ¿podrías hablarnos de él?

La dramaturgia ha corrido a cargo de Mar Gomez Glez que ha vuelto recientemente a España desde Nueva York y que fue finalista del Premio Nadal con su novela Una pareja feliz.

El director artístico es Sergio López de Teatro Percutor y el elenco está formado por los músicos Juan José Calzas, fundador del Combo Linga, Javier Santana y Abel del Fresno.

Los artistas de circo somos Sira Cuenca Galán, bailarina y acróbata especializada en aéreos, Miguel Garrido con el que ya trabajé en Green Chichón y yo, que  estoy en escena pero me he encargado también de la producción.

¿Cómo te sientes de pasar de un espectáculo en solitario a compartir el foco con cinco artistas más?

Bueno, como ya había trabajado mucho en creaciones colectivas no lo he notado tanto. De lo que más he aprendido ha sido de producción. Nunca había hecho una producción a este nivel.

Hemos tenido la suerte de contar con el apoyo del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid y también de Circada, donde actuaremos en la sección oficial el 14 de junio.

Lo difícil es que es tu trabajo de actor se resiente cuando tienes una doble faceta, pero le he cogido el ritmo y estoy muy contento con mi trabajo en escena. 

¿Cuál es el principal reto artístico al que os enfrentáis con esta creación?

Sin duda alguna los textos y diálogos teatrales que nos llevan a un trabajo puramente actoral. Hacer circo desde un personaje teatral, sin concesiones, vinculado a la dramaturgia y no a la técnica.

Por ejemplo en mi número de malabares de rebote cuento una historia mientras hago la rutina y la técnica circense forma parte de ese relato.

Es la segunda vez que estrenas en el Teatro Circo Price, ¿es una lugar especial para ti?

Me genera mucho respeto y mucha presión. Es el templo del circo de Madrid y eso me da también mucha energía e ilusión. Al Price hay que llevar una propuesta muy bien elaborada y algo que merezca la pena.

¿Este proyecto es la continuación de proyectos pasados o una ruptura?

En realidad es una ruptura total a nivel artístico pero una evolución a nivel de producción. Ya pude demostrar en el anterior estreno en el Price que propongo trabajos muy serios.

Aunque Mestre Fufo tenía una dramaturgia más clásica, me llevó cuatro o cinco años de creación.  Te puede gustar más o menos pero se veía que era algo muy trabajado y ha hecho más de 150 funciones. Eso me ha permitido hacer esta vez una producción de verdad a nivel profesional pudiendo financiar todos los ensayos, la dramaturga, la creación de luces y sonido y la dirección artística.

El año pasado tuvisteis que cancelar el estreno por una lesión, ¿cómo os habéis recuperado?

Veinte días antes del estreno en tuvimos que anular porque Miguel se lesionó el tobillo y fue golpe muy duro.

Habíamos hecho una gira de preestrenos que este año no hemos podido hacer, pero la compañía se ha levantado pero fue un momento crítico, la verdad. No tengo más que buenas palabras para todo el equipo.

En este espectáculo eres artista y productor pero en otros proyectos eres también distribuidor y programador, ¿cómo llevas tantas actividades profesionales a la vez?

Hace unos años tomé la decisión de tomarme en serio lo que quería hacer y he metido mucho trabajo, soy un poco enfermo del trabajo, la verdad.

Primero está el festival de Cirqueando en la Sierra de Madrid que llega a su quinta edición este año. Están implicados catorce ayuntamientos y programamos entre diez y doce compañías que llevan a cabo unas veinticinco representaciones en diferentes municipios de la Sierra Norte de Madrid. 

Después está Ajá Producciones y Servicios Culturales S.L, una empresa que creé para dar cobertura a todos estos proyectos. La tercera pata es la Carpa Aurea, una carpa de dos mástiles con capacidad para 300 personas y con la que hemos hecho eventos tanto actuando nosotros como alquilándola para festivales y eventos. 

Además de todo esto, a veces ayudo a compañías en la distribución de sus espectáculos en Madrid. No soy distribuidor profesional pero hago esas labores. Detrás de todo este trabajo hay mucha autoexploración y una familia que me apoya y tengo la suerte de tener una pareja con mucha paciencia.

¿Cuál es la filosofía que te impulsa a asumir tanta carga de trabajo?

Por un lado busco hacer crecer el circo y que la gente se tome en serio este oficio y luego a nivel personal quiero tener abundancia, no tener que preocuparme de llegar a fin de mes, porque es una manera de dignificar este oficio.

Es posible dedicarse al circo y ganar igual que un médico, el problema es que para llegar a eso hay que aceptar mucha más carga de trabajo que un médico y además tienes que crear tu propio trabajo además de hacerlo. Pero al final, trabajar en tu sueño y en tu proyecto de vida no tiene precio.

A veces evocas el circo en Francia como una referencia, ¿crees que estamos en ese camino?

En Cataluña sí. Se está haciendo un trabajo fabuloso y tengo mucha envidia sana. Están muy bien organizados desde hace mucho tiempo y pienso que ayuda el hecho de que el circo está unido a políticas que buscan potenciar de identidad cultural catalana.

He reflexionado mucho sobre la identidad cultural del circo madrileño y todavía no tengo respuesta. Hay mucho por hacer. Este año en Fetén había 22 compañías catalanas y sólo tres de la Comunidad de Madrid. Somos un Seiscientos queriendo competir con un Porsche. Lo único negativo que siento es que el circuito del circo catalán está muy cerrado a recibir propuestas de otras partes del estado mientras que el resto del estado está encantado de recibir compañías catalanas. 

Transbordo se estrenará el próximo mes de mayo en el Price

¿Crees que el circo está consiguiendo generar un público propio y conocedor de este arte?

Últimamente pienso mucho en la figura del mediador cultural, que en Francia está muy vigente, pero aquí es desconocida y no se valora. En la calle, por ejemplo, el circo se ha comido al teatro de calle porque ha sido muy efectivo y queda muy resultón en las plazas. Pero cuando nos metemos en teatro y no viene el público, es culpa de la gente. Esto merece una reflexión mas profunda, más autocrítica.

Los mediadores culturales son clave. Por ejemplo, en los centros culturales de Madrid, la programación es gratuita pero muchas veces la información no llega al público y no saben bien lo que van a ver. Creo que hay que construir sobre esto. Hay una necesidad de generar un plan integral de las Artes Escénicas para ver cuáles son nuestras carencias y nuestros objetivos a medio y a largo plazo y hacer un plan para que los recursos se puedan optimizar.

La clave está en seducir no solo al público y a los programadores sino también a las instituciones. Necesitamos generar una cultura de circo donde la gente se eduque sobre lo que ve y desarrolle un aprecio que los motive a seguir viniendo.

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