Kimberly Zavatta: “Nunca me ha limitado el hecho de ser mujer”

Kimberly Zavatta: “Nunca me ha limitado el hecho de ser mujer”
Kimberly Zavatta durante una actuación: Foto: Thierry Bissat.

Kimberly Zavatta es la nueva musa del circo. Su inspiración en la pista, su ingenio en el aire y su fuerza física hacen de esta joven artista un caso muy especial. Hija de los directores del Circo Smile (Álex Zavatta y Patty Bogino) debutó con siete años y se formó junto a su hermano Holler en la escuela de circo de Verona (Italia). En los últimos años ha actuado en grandes circos (Krone, Roncalli y Cirque du Soleil) y ha deslumbrado con sus números de patines y cintas aéreas. Ahora trabaja también con el alambrista Nicol Nicols, con quien se ha casado, uniendo a dos grandes familias de circo: Zavatta y Papadopoulos.

¿Es difícil ser mujer y hacer carrera en el circo?

En el circo no veo diferencias con los hombres. Todos los sueños los estoy cumpliendo y nunca me ha limitado el hecho de ser mujer.

¿Hay, pues, igualdad entre mujeres y hombres?

A lo mejor nosotras no vamos a desmontar y montar el circo. Hay mucha igualdad en el sentido de que hombres y mujeres pueden hacer los mismos números. Yo presento un número de cintas que generalmente lo presentan hombres y que requiere mucha fuerza. Soy mujer y he conseguido hacerlo.

Te has propuesto llegar a donde llegan los hombres.

Me he propuesto hacer los ejercicios que hacen los hombres. En algunas disciplinas los hombres, por la estructura de su cuerpo, tienen un poco más de facilidad que nosotras. En general, las mujeres siempre trabajan más la elasticidad y hacen ejercicios más visuales. Desde muy pequeñita siempre me ha costado mucho la flexibilidad, por eso pensé: ¿por qué no puedo hacer los ejercicios que a lo mejor puede hacer un hombre?

¿Tienes poca flexibilidad?

La flexibilidad la tengo, pero no tengo la de mi hermana [Trixie]. Yo creo que ella se la ha quedado toda [Ríe]. Ya desde muy pequeña se doblaba y a mí siempre me ha costado.

En cambio tienes unos brazos y unos hombros muy fuertes.

Me he preparado mucho físicamente para poder hacer ejercicios aéreos.

Supongo que la alimentación también influye en tu buen estado de forma.

No sigo exactamente una dieta, pero sí que tengo mucho cuidado con la alimentación. Para esto cuento con mi marido [Nicol Nicols], que tiene un curso de entrenador personal y me ayuda con la alimentación. También voy al gimnasio seis días a la semana. Como cuatro veces al día, ninguna de ellas demasiado fuerte. Sobretodo como mucha proteína (carne y huevos) y verduras para complementar. Y cuando me levanto como carbohidratos. Si no los como no encuentro la energía por ningun lado. Con todo lo que quemo en el número no podría ni andar.

¿Y los dulces qué tal?

Me gustan, pero eso sí que lo tengo superprohibido. Me permito un día a la semana tomar lo que me apetece. El resto de la semana, nada; azúcar cero. Es lo peor.

¿A qué edad empiezas en el circo?

Tenía siete años cuando estrené mi primer número. A esa edad ya notaba una responsabilidad. Mis padres estaban solos en el circo y les ayudábamos mucho en la pista. Con ocho años ya hacía dos actuaciones: los hula-hoop y las telas. Pero es que además me gustaba muchísimo y me sentía artista.

Después de estos incios con la família te vas a la escuela de circo de Verona.

Cuando llegué a Verona ya hacía dos números, pero quería perfeccionarlos. Después ya fui con mi hermano al Festival New Generation en Montecarlo y nos empezaron a salir contratos para ir al extranjero. Entonces tuve que dejar la escuela y desde ahí empezamos. Nuestro primer contrato fuera del Smile fue en el Circo Nock, en Suiza.

Tu número de cintas parece un vendaval. Tiene una fuerza y una poesía increíbles.

Ya lo preparaba en la escuela de Verona pero cuando la dejé fue complicado seguir ensayando. Nos contrataban con el número de patines y era difícil ensayar las cintas. Perdía muchas horas de entreno y cuando volvíamos al Smile tenía que volver a ensayar. Mi primer contrato con las cintas fue en el Festival de Latina en el 2019. He querido mantener un vestuario que transmita la sensualidad y la elegancia de una mujer, pero realizando ejercicios de fuerza. Además, la canción se llama ‘La forza’, de Elina Nechayeva.

Con tu hermano Holler ya exhibías una fuerza dental brutal con los patines.

Desde muy pequeña siempre he hecho aéreos. Parece que he nacido para ser ágil. Antes de hacer el número de patines ya tenía esa fuerza para poder colgarme y realizar todos esos ejercicios con mi hermano.

El traje tiene una media falda muy original. Lo usaste en el festival de Montecarlo.

Me lo diseñó Alexandra Saabel. Quería tener un vestuario suyo para mi número, algo original y único. Se lo pedí cuando hace dos años estaba trabajando con nosotros en el Smile. Quiero que me reconozcan con este vestuario. Tengo un segundo vestido muy parecido para el desfile final que también me lo ha diseñado ella.

¿Y los próximos años, cómo quieres enfocarlos?

Espero seguir mejorando, viajando y seguir avanzando como artista. Soy muy apasionada del mundo del circo, no solo de mi número. Tenemos contratos y muchas propuestas para el futuro. En abril empezaré una temporada en el Varieté-Theater Bad Oeynhausen, en Alemania. Alli presentaré el número de cintas y el nuevo número de ballestas con Nicol.

¿Cuándo empiezas a trabajar con Nicol Nicols?

Nos conocimos en el Festival de Latina en el 2019. No teníamos ninguna relación, simplemente nos tocó participar en el mismo festival antes de la pandemia. Después lo contratamos para venir a trabajar al Circo Smile. Aquí hemos empezado a conocernos y a salir. Y bueno, de allí surgió el amor.

En los últimos años has participado en varias ediciones de Got Talent. ¿Cómo valoras la experiencia?

Yo no era muy partidaria de participar en Got Talent España. No me gustaba cómo Risto [Mejide] criticaba los buenos número de circo que iban al programa. Siempre se ha dicho que no le gusta el circo. Imagino que le pagan para que se haga el malo. Pero a mi hermano [Holler] le hacía ilusión ir porque cuando te ven en Got Talent España te llaman del resto de Got Talents. Y la verdad es que estoy muy contenta de haber ido. Por suerte, Risto nos dio el sí y desde allí nos salieron propuestas para el resto de Got Talents. Fuera de España valoran mucho el circo.

Lo dices por tus experiencia en el Soleil, Krone y Roncalli.

Fuera de España, el circo forma parte de la cultura; en cambio aquí la verdad es que es muy complicado cambiar la idea de que el circo es solo para los niños. En el Smile hacemos de todo y cuando reparto publicidad a veces me encuentro con gente que me dice que no irá porque no tiene niños. También me encuentro jóvenes de 20 años que se ríen. En el extranjero esto no pasa. Aquí ha habido muchos circos que se han llenado de muñecos de la tele. Al final, quizás sea culpa de compañeros que no lo hacen como deberían. En España ha quedado esta idea de que el circo es para los niños, en cambio en el extranjero, sobretodo en Alemania, es parte de la cultura.

Eres una apasionada del circo. ¿Qué te gusta más?

Probar cualquier disciplina. He hecho hula-hoops, la red, las telas… Ahora estoy con el nuevo número de las ballestas. Cuando veo un número quiero probarlo. Desde muy pequeña siempre he tenido estas ganas de hacer cosas nuevas.

¿Y algo que no te guste?

Cuando haces amigos y tienes que dejarlos. Es un cambio constante y a veces tienes que estar listo para despedirte incluso de tu pareja. Durante dos años yo estaba en Estados Unidos y él [Nicol] estaba en Alemania. ¡Imagina la distancia y el cambio de hora! Esto es muy sacrificado.

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