El formador de circo social: una profesión en auge

El formador de circo social: una profesión en auge

El Circo Social es un proceso de enseñanza y aprendizaje de técnicas circenses donde el circo se convierte en una herramienta educativa para el empoderamiento de personas y comunidades en situaciones de desigualdad social. En una propuesta educativa de este tipo la figura del formador de circo social es uno de los elementos centrales. Es una figura que debe permitir la mezcla entre la educación artística y la educación social. Bebe de los dos ámbitos y por lo tanto debe romper la frontera del arte y del social para actuar en el espacio donde debe realizar su acción educativa. Cada vez más esta figura esta siendo analizada y propuesta por diferentes organizaciones. Así el Circo del Sol ha publicado la guía del Formador del Circo Social y la del Trabajador Social y la Red Europea Caravan ha publicado “El marco de competencias de una nueva profesión: El Formador de Circo Social”. 

El rol del Formador de Circo Social es el de artista y el de educador. En su intervención se plantea el desarrollo global de la persona y asume la enseñanza de las artes del circo como una relación de confianza y de crecimiento personal. Por tanto el formador debe tener una gran sensibilidad social, debe tener habilidades pedagógicas y debe tener una actitud abierta que le permita comprender las diversas realidades y las posible problemáticas que tengan sus alumnos. El formador debe mantener expectativas reales en relación a su proyecto de aprendizaje dando más importancia al proceso que al resultado.

Los objetivos metodológicos que debe tener el formador cuando interviene con un grupo son varios. Tiene que adaptarse a las características socioeconómicas, culturales y a las habilidades globales de los participantes; establece rápidamente los recursos disponibles para el desarrollo de las formaciones; tiene en cuenta los códigos culturales, los ritmos y las costumbres propias de cada lugar; respeta las normas de las entidades con las que y en las que se efectúa la intervención; y favorece la participación del resto de agentes de la comunidad.

Las responsabilidades del formador pueden variar según los objetivos de la intervención educativa y siempre que sea posible se realizarán en coordinación con la entidad colaboradora. Sus responsabilidades son la organización y planificación de los talleres de circo; adaptar la realización de la formación en circo a los niveles y a las necesidades de los alumnos; y la evaluación de las actividades realizadas, las propuestas de continuidad de las formaciones y los nuevos artistas.

Las tareas del formador van en relación a los alumnos, al equipo de educadores habitual del grupo y a la comunidad donde interviene.

En relación a los alumnos debe preparar y enseñar actividades de circo a los alumnos teniendo en cuenta sus habilidades y experiencias, con la intención de realizar una intervención educativa que tenga presente el desarrollo global de la persona. También debe adoptar una actitud de escucha del alumno y del grupo en relación a sus necesidades, evolución y límites. Y finalmente debe disponer de las herramientas necesarias para estimular al alumno y tenga una actitud activa en su aprendizaje.

En relación al equipo educativo habitual del grupo, el cual normalmente no es experto en circo, debe habilitar las herramientas necesarias para que puedan continuar la actividad en circo, la gestión de grupos, y las planificaciones de las formaciones.

En relación a la comunidad debe basar su  intervención general del proyecto en la perspectiva de que la comunidad continúe el trabajo educativo con los alumnos y también debe contribuir a cambiar la percepción que tiene la comunidad de los alumnos a través de la creación de números artísticos, la realización de actividades de circo o las representaciones públicas.

El Formador de Circo Social es una profesión en auge en un momento donde los cambios sociales se dan de una manera vertiginosa. Lo social y lo cultural está en constante cambio siendo necesaria una actualización de las herramientas de enseñanza-aprendizaje. Para asegurar una formación en circo con calidad y con una visión de formación integral es necesario generar y fomentar propuestas de formación de formadores que permitan por un lado dotar de herramientas pedagógicas a formadores noveles, y que a su vez permitan el reciclaje y la confrontación de los conocimientos a formadores con más experiencia. Se ha de impulsar una formación de formadores de acuerdo con las necesidades educativas individuales de la persona que aprende y a la vez cargada de un compromiso con la sociedad para su avance y mejora.

Artículo publicado en el número 34 de la revista Zirkólika: ver artículo

 

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