Tiempos dificiles

Tiempos dificiles

En esa magnífica colección de literatura con pésimas portadas que es “Letras Universales”, de la editorial Cátedra se editó ya hace tiempo una obra de Dickens que, aunque su tema no sea el circo, tiene que ver con el circo: Tiempos difíciles (1854).

La afición de Charles Dickens por este arte es bien conocida y se pasea por algunas de sus novelas, como Almacén de antigüedades. En Tiempos difíciles se cuela una compañía entera de circo, con una participación pequeña en número de páginas pero decisiva en cuanto a la trama. La presencia de esta compañía le da a Dickens la oportunidad de describir muy vivamente un montón de números circenses y de defender, por medio de los propios artistas, el interés artístico y social del circo.

Los números que aparecen descritos son de todo tipo. Mientras unos son habituales para el espectador actual (ejercicios de equitación, doma de animales, payasos, equilibrios), seguramente nos sorprenderíamos de ver en el circo algunos otros, pues también se representaban comedias breves con acrobacias ecuestres o se alegraban los intermedios con parodias de Shakespeare y chistes tomados de sus obras. Por lo que se ve, era normal que los números acrobáticos tuviesen un hilo conductor, como el de Cazador salvaje de las praderas de Norteamérica, en que dos artistas, bajo la apariencia de indios americanos, ejecutaban acrobacias El circo, por otra parte, era en el momento en que se escribió el libro enormemente despreciado como arte y sus trabajadores considerados unos miserables, cuando no vagos y maleantes. Dickens insiste una y otra vez en la bondad de los artistas del circo, en su ingenuidad libre de malicia, en su sentido de grupo y en su lealtad hacia aquéllos de quienes reciben favores. El escritor, que se lo debía de pasar pipa en los circos, incide también en la fuerza del circo como fuente de diversión, ya que, como cecea el jefe de la compañía, «la gente necezita divertirze, no ze lez puede tener ziempre traba-jando ni pueden eztar ziempre eztudiando».

Por si fuera poco, la edición española viene acompañada de dos ilustraciones referentes al mundo del circo: la primera es un dibujo del famoso teatro Astley’s de Londres –probablemente el lugar donde se ofrecían las mejores espectáculos circenses del mundo en el siglo XIX–, la segunda una reproducción del programa del circo Cooke para el sábado 21 de marzo de 1840.

Por lo demás, la novela es una lectura muy interesante sobre la necesidad de fantasía en un mundo obsesionado con la realidad y un espléndido cuadro –en ocasiones tremendamente ácido– de la Inglaterra victoriana. La trama la dejaremos para los que lean la obra.

Félix Longueira

Dickens, Charles: Tiempos difíciles. Edición de Fernando Galván, Cátedra, Madrid, 1992.

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