Dicen que todo lo bueno se acaba y el pasado domingo 30 de noviembre la ciudad barcelonesa de Cornellà del Llobregat se despidió, hasta dentro de dos años, de varios de los grandes payasos que trabajan en las mejores pistas del mundo. Enmarcado dentro del 13 Festival de payasos se ha celebrado la sexta edición de la gala Euroclowns, dirigida por Genís Matabosch.

Bajo la carpa de la familia Rossi, Circo Derós, acompañados de la música en directo de la Orquesta de Carmino D’Angelo los protagonistas han sido:

Bello Nock, que ya participó en la edición Euroclowns del año 2000 antes de formar parte del gran circo Ringling en el que ha permanecido 8 años. Con su característico peinado hacia arriba, Bello presentó tres números el del muñeco hinchable, el trapecio enfundando en una especie de gomas elásticas y el de la cama elástica. Un artista polifacético del que únicamente hemos visto en la gala una pequeña parte del trabajo que puede llegar a hacer.

Uno de los grandes descubrimientos para los espectadores fue sin duda la figura del ruso Andrei Jigalov, que junto a su compañero ofrecieron un excelente trabajo en sus dos apariciones. La fuerte personalidad del inquieto Jigalov con sus gestos, muecas, movimientos y sonidos varios atrapan al respetable demostrando que sin mediar palabra ni necesidad de inundar la pista de grandes accesorios puede hacer reír al público y metérselo en el bolsillo. Su trabajo tiene la base en la tradición clownesca, pues está perfectamente definido el rol de augusto por parte de Jigalov y el de clown serio en la figura de su compañero, pero pasados por la escuela rusa, a cara limpia y buena mimica. Realizan dos entradas en pista una primera más poética, la de los caramelos, y una segunda en la que el clown intenta interpretar una pieza musical cosa que resulta imposible al meterse Jigalov por medio y acabar la cosa pasada por agua.

En la presente gala han tenido importante participación y buena acogida una de las fórmulas que lamentablemente cada vez cuesta más de ver en las pistas, la del trío de payasos musicales. Por un lado los belgas Totó Chabri y compañía presentaron el clásico “Carga y descarga” para seguir con gags de la vieja escuela: platos rotos, huevos estrellados sobre la cabeza, bofetadas, golpes de piano, piezas musicales y un final con demostración de ballet cómico.

Los Martini, Cataluña-Francia, son los otros representantes del payaso tradicional. Formados por Llorenç Massot, primer augusto, y sus dos hijos Serge, el único carablanca de la gala y David, segundo augusto. Realizaron la entrada musical “música a la americana”, entrada que durante muchos años formó parte del repertorio de Los Rudi Llata. Con su trabajo se demuestra que hay golpes de efecto que nunca fallan ni pasan de moda, muestra de ello el guitarrazo que se lleva en pleno rostro Serge haciéndole saltar los dientes.

El suizo André realiza tres apariciones con unas “reprises” simpáticas y bien ejecutadas, siendo el artista que aportó a la gala un toque de originalidad al ser sus entradas no vistas en estos lares. Un oso de peluche piloto de avión, una pista convertida en un lago de pesca imaginario con la ayuda de un niño del público y una bañera que podría ser escenario de una secuela de la película “Tiburón”.

Pitillo, de origen peruano, fue el que más apariciones realizó. Una primera entrada junto a un perrito y otras tres basando su trabajo en la interpretación de piezas musicales con distintos instrumentos, trombón, trompeta, saxofones, violín, cencerros… requiriendo en varias ocasiones la participación del público. Su trabajo lo pudimos presenciar en la pasada edición del festival de circo de Albacete.

El joven portugués Cesar Díaz con sus grandes gafas se enfrentó a un duelo entre la armónica y el pie del micrófono, clara evocación a George Carl, rematando la faena con el saxofón y el serrucho musical.
Un total de 11 representaciones con una duración generosa, unas 2 horas y media sin contar el descanso, que han sido el plato fuerte del festival. Esperemos que en la próxima entrega Jigalov nos vuelva a visitar con un su espectáculo, al igual que lo han hecho Peter Shub o Housh ma Housh este año.