[Grec Festival] Cirque Alfonse: acrobacias en una iglesia

[Grec Festival] Cirque Alfonse: acrobacias en una iglesia

Marcel Barrera / El públicó vibró ayer y llenó el Teatre Grec de Barcelona, en la primera de las dos actuaciones previstas de la compañía canadiense Cirque Alfonse en el Grec Festival. El inicio fue raro: un curioso zapping radiofónico que incluyó declaraciones del consejero de la Generalitat, Ernest Maragall; noticias sobre turismo y algunos hits de la música melódica. Después, los artistas se vistieron como un equipo de hockey sobre hielo y animaron al público a hacer la ola. El inicio desconcertante dio paso a un recital de 80 minutos de música y circo que terminó con el público de pie y los seis artistas (Antoine Carabinier, Julie Carabinier, Jonathan Casaubon, Jean-Philippe Cuerrier, Genevieve Morin, Nikolas Pulka) y tres músicos (Josianne Laporte, David Simard y Guillaume Turcotte) saludando. Estaban cansados pero muy sonrientes; y además salieron junto a los niños de la compañía y hasta un bebé de pocos meses en brazos de su madre. Fue la guinda a una buena noche de circo.

El espectáculo es muy vibrante y con música potente y elevada, especialmente la percusión, el órgano y la voz de las cantantes. Está lleno de guiños que se nos escapan, pero la original y atrevida idea del montaje es situar el espectáculo circense en una iglesia y reciclar los elementos sagrados para hacer circo: el ventanal de la iglesia es una plataforma aérea para hacer equilibrios, el número de cuerda es una interpretación circense de los campaneros de las iglesias, el acetre (caldero de agua bendita) se utiliza para hacer un número de meteóritos, la pila bautismal es el escenario de un número cómico, los equilibrios también tienen su sentido y algunas torres humanas parecen formas de mitra o báculos. Detrás de todas estas ideas está lo que quieren contar.

Tabarnak está inspirado en la iglesia de Saint-Alphonse-Rodriguez, el pueblo que un día fue un lugar de encuentro para la pequeña comunidad del Quebec donde crecieron. Con toques de musical de rock, la producción es una invitación a encontrarse, una celebración del cielo y el infierno y todo lo que hay entremedias, una fiesta del circo, la música y de intentar llegar al cielo.

Para la gente que le guste el circo, quiera conocer las últimas tendencias y sea fan de los espectáculos de compañías canadienses (Cirque du Soleil, Les 7 doigts de la Main o Cirque Éloize) se trata de una propuesta imprescindible.

 

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