[Grec Festival] Rhumans: Payasos para reír, pero también para pensar

[Grec Festival] Rhumans: Payasos para reír, pero también para pensar

Marcel Barrera / Después del emotivo homenaje a Joan Montanyès 'Monti' (Rhum, 2014) y de la gamberra y adrenalínica segunda parte (Rhumïa, 2016), ahora llega Rhumans (2018), la tercera parte de esta exitosa serie clownesca que nació después de la prematura muerte, en 2013, de Joan Montanyès ‘Monti’ a los 48 años. El artista preparaba con Joan Arqué y Martí Torras —director de los dos primeros y espléndidos montajes— un espectáculo sobre Rhum (Enrico Jacinto Sprocarni), el payaso alemán muerto también prematuramente en 1953. La muerte de Monti hace cinco años causó una fuerte conmoción y muchos pensaron que el mejor homenaje que se le podía rendir era continuar su proyecto, que se ha acabado convirtiendo en un fenómeno teatral. Tres espectáculos en sólo 5 años y un gran éxito de público.

Quién le tenía que decir en 2013 a Jordi Aspa —como otros muchos seguidores y conocidos de Monti se concentró en el Hospital de Barcelona poco antes de que el artista muriera— que cinco años después dirigiría un espectáculo de la compañía Rhum & Cía. Poca gente habría apostado por eso. Y es que la elección de Jordi Aspa sorprende por dos motivos. En primer lugar, por la marcha de Martí Torras, muy ligado al proyecto desde su nacimiento junto con Joan Arqué; y en segundo lugar, por la trayectoria artística de Aspa, muy enmarcada en la creación contemporánea (FIRA, Corroc, Devoris causa etc.), alejada de los payasos. Está muy bien que estos dos universos se hayan encontrado.

Jordi Aspa, creo, ha querido hacer un espectáculo sin muchos parecidos con los dos anteriores y mucho más reflexivo sobre el papel del payaso en la sociedad contemporánea. Para ello ha buscado un buen recurso: las declaraciones grabadas de personas de la calle y más conocidas, como el presidente de la APCC, Fabrizio Giannini que opinan sobre el rol del payaso y cómo se percibe actualmente en la sociedad. Aspa contribuye, pues, a plantearnos muchas preguntas sobre el payaso y pone sobre la mesa muchos de los tópicos que existen. “El payaso no es contemporáneo (…), el payaso es un actor fracasado”, dicen sin rubor algunos testimonios que aparecen en el espectáculo.

Está muy bien escuchar estos tópicos, sobre todo porque observando los cinco artistas se desmienten al momento. Pepino Pascual es un magnífico payaso musical, Joan Arqué es el Arquetti lenguaraz de siempre, pero esta vez, además, hace de hilo conductor, como un actor shakesperiano que nos va indicando que es esencial en el payaso. Mauro Paganini nos ofrece una buena parodia cabaretera con cuatro piernas, y Roger Julià es el tonto pero sin pasarse de bobalicón. Roger Julià, que ha hecho una progresión meteórica desde Rhum, protagoniza el arranque del espectáculo. Acaba de nacer y después de muchas dudas encuentra su identidad: payaso. Un buen arranque.

Cómo he apuntado, Julià es el contraugusto o augusto, roles que comparte con Piero Steiner, la nueva incorporación de la compañía hasta que Jordi Martínez —ayer se le recordó en el estreno de Rhumans en Grec Festivalse recupere de un accidente de tráfico que lo tiene alejado de los escenarios. Steiner está delicioso. Es un payaso lleno de matices que habla italiano, catalán y sublima la comicidad cuando intenta hablar sin que se le entienda demasiado, farfullando las frases cuando la situación lo supera. Steiner, Julià y  Arqué presentan la clásica entrada del juguete de miga que sale de una caja de sorpresas y que se rompe debido a la torpeza del augusto. Es una entrada que se veía antes en muchos circos pero que ahora, con la desaparación de las troupes de payasos clásicos, ya es una reliquia. También hay la clásica entrada del peluche que pasa por el aro, y entradas muy divertidas como la vuelta al mundo en 80 segundos con formato musical, la hipnosis o los zapatos que hablan.

La mano de Aspa le ha dado a la compañía un aire más poético, reposado y visual, más reflexivo y, quizás, algo menos emocional y sin fuegos artificiales. De alguna manera u otra salen todos los payasos, desde Tortell Poltrona hasta los payasos de la tele e, incluso, el payaso del McDonald’s. Esto está muy bien. Es un espectáculo para reír, pero también para pensar. Y esto, también,está muy bien.

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