Paco Goty deja las pistas de circo y abre una tienda de plantas en Barcelona

Paco Goty deja las pistas de circo y abre una tienda de plantas en Barcelona

Hacía mucho tiempo que no sabíamos nada de Los Gotys (los hermanos Paco y Jorge Salas), no los veíamos anunciados en ningún programa ni teníamos noticias de ellos, hasta que nos enteramos al azar que Paco junto a su pareja Marina Gallego, hija del circólogo Juan Antonio Gallego ‘Garguy’, acababa de inaugurar una tienda de plantas especializada en cactus y bonsáis. La tienda se llama Cactus Vitae y está situada en la calle Tamarit 120 de Barcelona, la ciudad natal del artista. Me puse en contacto con Paco para hacerle una visita y que nos contara esta nueva andadura lejos de los focos y los aplausos. De la arena a la tierra.

A los buenos aficionados al circo tradicional seguro que les suena el nombre de Los Gotys (Paco y Jorge Salas), pareja de cómicos-payasos muy populares por sus entradas en los mejores circos del mundo e hijos de Francisco Salas ‘Goty’, el augusto que formó parte del trio de payasos Emi, Goty y Cañamón. Ahora Paco ha abierto un negocio en el centro de Barcelona. Entre una gran cantidad de bonsáis, cactus y otras plantas, se encarga de poner la tierra adecuada, decorarlos y dejarlos a punto para la venta al público. El benjamín de Los Gotys nos explica el porqué de este radical cambio de ruta.

Mientras trabajaban en el espectáculo Arrivederchi  Roma (2014) en el Roncalli’s Apollo Varieté de Bernard Paul en Düsserldorf (Alemania), vieron que los años iban pasando. Paco con 50 y Jorge con 60,  decidieron tomarse un año para pensar qué hacer. A los pocos meses, vieron claro que a pesar de los buenos momentos que les había dado la profesión ―Paco debutó en una pista junto a su padre a los 16 años―había llegado el momento de encontrar una estabilidad en cuanto calidad de vida y laboral con vistas a la jubilación.

Una vez tomada la decisión, Paco empezó a trabajar de gerente en un importante ressort 5 estrellas en Roses (Girona) y allí se le abrieron los ojos en el tema laboral, al tener su nómina religiosamente pagada cada mes en el banco, las pagas extras, dos días de descanso, vacaciones… “Algo que para un trabajador cualquiera es normal, para un artista de circo desafortunadamente no lo es tanto“, subraya Paco.

En principio, a lo mejor al lector le puede hacer soltar una sonrisa pero en realidad es para echarse a llorar. En este sentido, Paco se sincera y nos dice que no le importa que expliquemos abiertamente en estas líneas, el desamparo de los artistas de circo a nivel laboral, da igual que hayas trabajado en las mejores empresas nacionales o de fuera. Se pueden contar con los dedos de las manos los sitios donde han sido dados de alta y a veces, donde sí lo hacían, les cotizaban únicamente por dos horas o por uno de los dos hermanos, por citar dos ejemplos.

Al no disponer de contratos fijos, el artista no puede ir a un banco a pedir un crédito para comprarse una caravana nueva, por ejemplo. Un problema que viene de lejos y que a parte de su propia experiencia, también tiene muy interiorizada la de su padre,  fallecido en 2006, al que le quedó una paga mínima de jubilación, a pesar de haber trabajado toda su vida en los mejores circos, o de otros grandes artistas cuyo final ha sido muy triste.

Uno de los motivos decisivos para cambiar de rumbo fueron las malas condiciones laborales que conlleva ser artista o empleado de circo, en las que dependes de que vayan saliendo contratos y nunca te falte trabajo, ya que no tienes derecho a nada y dependes de la capacidad que cada uno tenga de ahorro para cuando vengan las vacas flacas.  Una prueba de esa tierra de nadie donde viven la mayoría de artistas a nivel legal,  es que cuando Paco fue a la oficina del Inem ―actual Sepe― para ponerse al día de su situación y le preguntaron a qué se dedicaba, él le contestó que artista de circo y el funcionario le replicó que de qué se ganaba la vida. “Ni sabía en qué categoría profesional colocarme“, comenta Paco con tristeza.

A partir de ese momento vio claro que era el momento de cambiar y no por falta de contratos, ya que les seguían llamando para hacer temporada, aunque recalca que cada vez les requerían más empresas tipo music-hall o varietés, que circos tradicionales, manifestándonos que el circo tradicional padece una crisis debido a que muchas grandes empresas no han sabido amoldarse a los tiempos que corren, en cuanto a sonido, luz, tamaños de chapitó, como llegar a las ciudades, la manera de hacer publicidad, cómo se dejan las plazas, el trato y condiciones con los trabajadores…

Cumplieron el último contrato en Alemania con Bonner Weihnachtscircus en 2018 y estando de vacaciones, en una visita rutinaria al médico de la mutua, a Paco le dijeron que había dado positivo en cáncer de próstata, y que no podía salir de gira. Por suerte todo quedó en un susto. Este fue también un punto clave para retirarse del mundo del espectáculo.. Tras un año sabático en Blanes, habló con su hermano, que está delicado de salud, arreglaron los papeles  y se han establecido en Barcelona.

De todos los años vividos bajo los focos, Paco explica con lo que se queda: “Me retiro con el gusto de haber hecho lo que quería, todos los paises que he conocido, el aplauso del público, que al acabar la función vinieran a pedirte un autógrafo, compartir pista o escenario con grandes profesionales, conocer a gente importante“.“. Una de las personas que más le impactó conocer fue el actor Alain Delon, con quien compartió emisión televisiva en el parisino Cirque d’hiver.

Buen hacer y elegancia

Todos los que les hemos visto trabajar, siempre recordaremos a Los Gotys por el buen hacer y elegancia con que defendían dos entradas clásicas, los pajaritos, inspirándose en el trabajo de Juanito y Uge Moreno (Los hermanos Moreno), que la bordaban;  y el espejo roto, entrada que empezó a hacer con 16 años junto a su padre, debutándola en el desaparacido Circo Mundial instalado en el solar ya inexistente que había en la calle Aragón con Marina, en Barcelona.

El mundo del circo y el espectáculo pierde una pareja de artistas de segunda generación, que ha cosechado éxitos por todo el mundo con el arte de hacer reír, porque hacer reír es una cosa muy seria. Supieron adaptarse a unos tiempos donde muchas empresas pensaron que uno de los cambios a realizar era olvidarse de los grandes zapatones, narices rojas y un carablanca y reducir los gastos que suponía contratar un grupo de payasos.

Durante los últimos años Paco ha estado empapándose y conociendo mejor el mundo de las plantas, que siempre le ha apasionado pero en el que no había podido profundizar por estar siempre viajando. Nos cuenta con una sonrisa de oreja a oreja, que a partir de ahora va a vivir más tranquilo con esta nueva vida y su recién inaugurada tienda el pasado agosto, donde espera poder retirarse, cambiando el serrín por la tierra de las plantas y bonsáis. Desde estas líneas le deseamos muchos clientes y muchas ventas, ya que desafortunadamente de los aplausos cada vez es más complicado alimentarse.

(Artículo publicado en el número 66 de la revista Zirkólika)

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