Thierry Cômes: jefe montador del Knie y Cirque du Soleil

Thierry Cômes: jefe montador del Knie y Cirque du Soleil
Thierry Comes y el Cirque Knie

Zirkólika quiere rendir homenaje en el Día Mundial del Circo a los artistas en la sombra, aquellos que como Thierry Cômes (Le Mans, 16/07/1957) se encargan de que todo el material esté a punto: sin ellos “el más difícil todavía” sería un imposible.

Entrevista

Ramon Bech: ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo del circo?

Thierry Cômes: Al principio no me gustaba la parte artística del circo, eso vino más tarde, me atraían cuestiones más logísticas. De niño me encantaba ver la llegada de los camiones, el montaje, el desmontaje…

Un amigo mío que trabajaba en el Cirque Zavatta fils me llamó el 1 de agosto de 1976 para decirme que estaban buscando un trabajador. Me dijo: “si quieres puedes empezar mañana”. No me lo pensé dos veces, hice las maletas y me fui. Allí hice de todo: conducir camiones, montar y desmontar la carpa, mozo de pista… Dos años después fui a trabajar para el Cirque Morallès y un año más tarde al Cirque Rancy-Carrington.

Foto: Marcel Rosseel con Thierry Cômes.

¿Cuándo empezaste como jefe montador?

Cuando estaba en el Cirque Rancy-Carrington me preguntaron si quería ser ayudante del jefe montador. Tras años recorriendo Francia con estos tres circos me llegó la oportunidad de trabajar en el Cirque Knie. El jefe montador (Marcel Rosseel ) tenía 60 años y le quedaban 5 años para jubilarse, así que entré con la idea de que si hacía bien las cosas sería su sustituto. Mi maestro era un hombre humilde y muy querido por todos sus trabajadores. De él aprendí no tan solo su método de trabajo, sino también cómo tratar a las personas. Su último año laboral hizo un paso atrás para hacer la transición y poco a poco fui asumiendo más responsabilidades.

Foto: Marcel Rosseel con Thierry Cômes.

¿Cómo era el trabajo de jefe montador en Knie?

Una vez los trabajadores tienen adquirida la mecánica todo es muy rutinario y mecanizado, repitiendo la misma secuencia una y otra vez, hasta el punto que cada vez que montábamos el circo las caravanas se colocaban siempre en la misma ubicación. Un día antes de iniciar el montaje me fui a la próxima ciudad para marcar en el suelo la posición de los mástiles y dónde iban a estar colocadas las carpas de los animales. Mi trabajo una vez que se empezaba a montar o desmontar era supervisarlo todo.

¿Qué diferencia encontraste entre trabajar en Knie y los circos anteriores?

Eran dos mundos completamente distintos. En los circos franceses era agotador porque éramos poco personal y cambiábamos de ciudad casi a diario. Nos faltaba tiempo para poder organizarnos mejor.

Knie funcionaba como un reloj suizo: todo estaba bien organizado y siempre se visitaban las mismas ciudades. Además, a diferencia de los circos franceses que viajaban por carretera, los desplazamientos se realizaban en tren, con lo que se ganaba en tiempo aunque los costes eran mucho mayores.

Actualmente el Circus Roncalli es el único circo europeo Europa que se permite el lujo de utilizar este medio de transporte. Knie dejó de utilizarlo hace poco y cada camión hace una media entre cinco y seis viajes de ida y vuelta para trasladar todo el material de un punto a otro.

Cirque Knie

¿Cómo se organizaba el transporte por tren?

En Knie se fletaban dos trenes de carga con la empresa nacional: en el primero se cargaba todo el material de la carpa y del zoológico, para poder empezar el montaje a las seis de la mañana y más tarde, en el segundo tren se cargaban los animales y las caravanas. Había un equipo especializado en transportarlo todo con tractores y remolcarlo hasta la estación, cargarlo en el tren y luego descargarlo una vez llegado a destino.

¿Cuál fue la mayor dificultad como jefe montador en Knie?

El año más complejo fue en 1989, cuando por tercera vez en la historia de Knie presentamos un espectáculo sobre agua. Durante la primera parte era un programa tradicional y durante el entreacto volábamos para poder montar la pista acuática.

¿Por qué decidiste dejar Knie?

Llevaba mucho tiempo trabajando allí: entré en febrero de 1982 y me marché a finales de 1995. El trabajo se había convertido en algo muy rutinario y en Knie no podía aspirar a nada más que ser jefe montador. Era joven y después de tantos años haciendo lo mismo necesitaba nuevos retos y poder conocer mundo.

Thierry Comes y Louis Knie Senior
Thierry Comes y Louis Knie Senior

¿Cómo surgió la propuesta de trabajar en Cirque du Soleil?

Cirque du Soleil y el Cirque Knie presentaron un espectáculo conjunto en 1992, así que desde hacía tiempo tenía contactos en la empresa. Cuando fui a ver el estreno de ‘Saltimbanco’ en Munich el director de la gira europea me ofreció la posibilidad de irme a trabajar con ellos.

¿Cómo fue a partir de entonces tu trabajo?

Estuve seis años como jefe montador de los espectáculos en gira por Europa, con tres de las producciones firmadas por Franco Dragone: un año con ‘Saltimbanco’, dos con ‘Alegría’ y tres con ‘Quidam’.

Llegó un momento en el que pasé a ser Project Manager (Technical Director) y sólo iba al circo para coordinar el montaje y el desmontaje y el resto del tiempo me encargaba de comprar material de carpas tanto las principales como las adyacentes (hall, vestuario…) para los shows en gira por todo el mundo.

La tarea no era sencilla, ya que cada continente tiene su normativa legal. Las carpas parecen iguales a simple vista pero no lo son: cambian detalles como la distribución de las gradas o las salidas de emergencia, por lo que las carpas no cambian de continente. Cuando me retiré en 2019 teníamos siete carpas distintas.

Además de todo ello, todavía te quedó tiempo para escribir un libro…

Cuando trabajaba en el Cirque Rancy Carrington, Flavio Togni vino a ver el espectáculo en compañía de su padre y nos hicimos amigos. Tengo mucha admiración por su trabajó, así que un día le pregunté si alguien había escrito un libro sobre su circo y al responderme que no, le pregunté qué le parecería si escribiera su historia. Me dijo que sí y rápidamente puse manos a la obra.

En 2007 publiqué ‘Circo Americano. American Circus. Togni’ (Éditions de la Gardine), libro en el que cuento la trayectoria de esta dinastía, así como los orígenes del Circo Americano creado por Mariano Sánchez Rexach en Madrid, marca que luego explotaron Arturo Castilla y Manolo Feijóo y la asociación que estos hicieron con el circo alemán Carola Williams y el circo italiano de Ferdinando Togni.

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