“El auge de la vieja ideología fascista en el día de hoy, en muchos países, es un desafío directo a mi alma de bufón irreverente.

Sentí una necesidad visceral de buscar las contradicciones en su retórica y divertirme con las consecuencias. Así fue cómo me surgió la idea de encarnar el personaje más emblemático del fascismo: Benito Mussolini”.

Así, sin más. Leo Bassi planta cara al fascismo y lo hace de la mejor manera que sabe: haciendo reír, pero a la vez reflexionando sobre un tema que vuelve a ser actualidad.

Al final, el mejor antídoto contra el fascismo es la risa y el pensamiento positivo. Sin su capacidad de generar miedo, el totalitarismo se queda en nada

Leo Bassi

Leo Bassi, después de triunfar en la pasada edición del Festival Còmic de Figueres con su “The Best of”, llega al Teatre Blas Infante de Badalona para presentar “Yo, Mussolini” (30 de abril, 20:00).

Leo Bassi extrae toda la comicidad de Mussolini desde el primer momento por su gran parecido físico, porque si el bigote y la estatura le daba a Charlie Chaplin un toque hitleriano en “El Gran Dictador”, la complexión robusta y la calva de Leo Bassi ayuda todavía más a hacer creíble su personaje.

 “El Gran Dictador” y “Yo, Mussolini” son dos antídotos contra el fascismo, dos obras maestras que uno debería ver al menos una vez en su vida

Si a Leo Bassi en un primer momento le interesó Mussolini desde un punto de vista cómico, a medida que fue estudiando su figura empezó a darse cuenta que era mucho más interesante de lo que se había imaginado en un primer momento. 

Il Duce procedía de las capas bajas de la sociedad italiana y llegó a presidir su país gracias al apoyo que recibió de los banqueros y los grandes empresarios. Quizás el mundo no ha cambiado tanto desde entonces…

“Yo, Mussolini” nos retrata la figura de un líder que no era tan fuerte como se le presuponía, un hombre contradictorio al que le encantaban las películas de Walt Disney y al mismo tiempo era cruel a más no poder.

Leo Bassi genera optimismo, invitando al público a “Risistir” inteligentemente a la intolerancia de la ultraderecha.

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