Distinta a todas. Y muy especial. Así fue la III Convención Turca de Circo, en el sur de Turquía, a mil kilómetros de Istanbul. Tras muchas horas de autostop, en compañía de Irmak y Zeynep (dos de las pocas malabaristas turcas), llegamos al recinto: una zona de acampada muy arbolada, en una playa paradisíaca, entre las montañas, dónde abundan los escorpiones. Llegamos unos días antes, para ayudar con el montaje de las carpas: una gran carpa de estructura triangular, para practicar 24 horas; y la pequeña y acogedora carpa ‘Chill Out’, al borde del río.

El primer día llegaban los primeros malabaristas, venidos de muchos lados: Francia, Suiza, Finlandia, Chile, Grecia, Israel, Inglaterra, Alemania… Todas las actividades se iban desarrollando por supuesto, a ‘ritmo turco’: tranquilidad, mucho tiempo dedicado a cocinar, a tomar té, a nadar, a ver atardeceres en el bote… Durante el día, los talleres (muchos espontáneos) se hacían en las zonas verdes: sombreros (por Rob de Inglaterra), manipulación de clavas (por Guy de Israel), cuatro clavas (por Grégory de Francia), investigación de passing de 5 clavas (por el turco Gokhan, y el suizo Julien), telas (la turca Deniz, principal organizadora de la Convención ), etc… Por mi parte, impartí un curioso y divertido taller, titulado: ‘Spanish for jugglers’. Muchos instrumentos sonaban a todas horas en todas partes (guitarras y flautas turcas, percusión, acordeones…). Y el ‘Volley-Club’ se celebró con música en vivo. La organización me dió la oportunidad de organizar y presentar las olimpiadas, así que le dí un toque latino a las pruebas, y muchos nos quedamos hasta la noche, jugando a la ‘Guerra de Clavas’.

Por las noches, muchos practicaban en la Gran Carpa , otros preferían tomar té con pastel de manzana en la carpa ‘Chill Out’. Fue ahí, donde un día hicimos el Renegado. Fue el primero en la historia de Turquía, por lo tanto, muy especial. Pasaron más de cuatro horas de espectáculos, uno tras otro, premiados con cerveza o té, según el nivel.

Otra noche, a continuación de la proyección de videos, los tres ‘weones chilenos’ nos deleitaron con un concierto de canciones sudamericanas. El viernes fue la Noche de Fuego, dónde el turco Okan escupió fuego como un auténtico dragón. Y el sábado a la noche se celebró la Gran Gala Turca de Circo, donde algunos extranjeros pudimos presentar nuestros números. Destacó el show de Rob, con sombreros; la improvisación con pelotas y música en vivo del israelita Guy; el número de passing de Gokhan y Julien, y la loca rutina de pelotas del alemán Jan. Otro gran Renegado hizo culminar esa noche, para dar paso al amanecer en la playa, con el sonido de la quena chilena, para los últimos que aguantamos.

El domingo fue tiempo de despedidas, de tomar té, de desmontar y limpiar, y de asimilar todos esos días tan cirqueros, tan auténticos, e inolvidables, al más puro estilo turco. Le doy un diez a la organización, y nos vemos el año que viene!

Ne harika! Ohá! Çok çok çok güzel! Göruşürüz!

Federico Menini

(Asociación de malabaristas y circo de Alicante ‘Donyet Ardit’)