El circo de los horrores, dirigido por el clown Suso Silva (Premio nacional de circo 2003), abrió ayer las puertas de su cementerio en el teatro Victoria de la Ciudad Condal. Traídos por la productora In&Out después de ver el espectáculo en el teatro Nuevo Apolo de Madrid, donde cosecharon un gran éxito de público.

Tras cuatro años sembrando el terror y la risa por todo el territorio bajo la carpa, la compañía ha trasladado el montaje a los escenarios teatrales. Un cambio que ha sido necesario al ser cada vez más difícil encontrar buenos sitios y buenas condiciones donde instalar el material o para atraer a cierto público reacio a ir a una carpa, por asociarlo a un tipo de espectáculo caduco y de baja calidad en ciertas ocasiones. Este cambio de “hábitat” ha supuesto tener que hacer cambios técnicos y artísticos respecto al programa presentado con anterioridad ver Zirkolika núm. 18, Págs. 20-21

En esta nueva entrega ,“Psicosis”, sigue el espíritu de la producción anterior. Al entrar nos vuelven a recibir los distintos monstruos y freaks en el hall, dando la bienvenida a la pesadilla. Gran parte del espectáculo se mantiene igual con Suso en su doble vertiente, la de Nosferatu haciendo de maestro de ceremonias aunque con más interacción con el público al principio y sus “entradas” sin maquillaje ya conocidas por todos en la segunda parte (la del coche y la del rodaje de cine).

Devora la Vampira (Raquel Maldonado, encargada también de la coreografía del espectáculo) sigue igual de sexy a la hora de coquetear con el público y lanzarle los cuchillos.

Los payasos Grimo y Cloaca, a pesar de no ser clowns al uso, conservan la nariz roja como los de toda la vida y, ya que la tienen, la aprovechan. ¿O no hay que tener narices para atormentar a un auditorio con un concierto de la grima consistente en rascar con las uñas una pizarra o frotar un tenedor contra un plato?. Cuidado los varones de las primeras filas porque si caen en manos de esta pareja pueden correr el riesgo de que le bajen a uno los pantalones. Señalar que uno de ellos, Álvaro Aguado, es el encargado de toda la parte de maquillaje y efectos especiales.

Siguen pululando por el cementerio la benjamina Dulce Sara, la /strong>niña poseída con sus contorsiones, la muerte a lomos del caballo, la momia colgada de sus vendas o el mano a mano en el patíbulo, llevándose la ovación más grande de la noche.

Otros números han tenido que caer del programa dada la dificultad que presenta el montar el alambre o la esfera de las motos en un teatro, de esta manera los nuevos invitados han sido un grupo de zombies acróbatas kenianos, los lanzadores de cuchillos Tirón & Andrea, el dúo de telas aéreas recreando una araña y su presa o Graziella Galán con su bonito y original número en el que camina cabeza abajo suspendida por los pies en el techo del auditorio (ver foto). La artista madrileña nos comentaba las adaptaciones que ha tenido que hacer de sus ejercicios, ya que no es lo mismo presentarlos en las pistas de circos más tradicionales donde ha trabajado, como el “Arlette Gruss” o “Roncalli”, que en un marco tan peculiar como es este.

Un viaje al mundo del terror, que no llega a ser tanto como lo que pueda parecer en un principio, de casi dos horas de duración donde los números de circo tradicional se disfrazan bajo capas de látex, fibra de vidrio y colmillos en combinación con el cabaret y el teatro. Eso sí, hay costumbres circenses que no se pierden, tales como hacer un intermedio para aprovechar que la gente se haga fotos con la serpiente o pasen por el bar.

En mi opinión todo el conjunto sale ganando más en la carpa que entre cuatro paredes, ya que el público queda más recogido y cercano alrededor de la pista conectando mejor con los artistas.

Esperamos que el éxito les acompañe en su visita a Barcelona y vuelvan en más ocasiones con nuevas propuestas.