El Circo Moira Orfei
Moira Orfei es toda una institución en Italia. Uno se da cuenta de la admiración que esta mujer despierta, cuando montada en un coche descapotable, saluda a los espectadores y estos la aplauden a rabiar. Sin duda alguna, ella y su marido Walter Nones pueden enorgullecerse de poseer uno de los mejores circos ambulantes de Europa. Este está dotado con un imponente chapiteau amarillo y negro de 52 x 46 metros, que tiene una capacidad para 2.100 espectadores y que, a diferencia de otros circos transalpinos, recorre Italia sin salir de sus fronteras
El hijo de Moira, Stefano Nones Orfei y su mujer Brigitta Boccoli son los grandes protagonistas del espectáculo titulado Una tigre per amore. En él se notan las tablas de Brigitta. Es una artista en el sentido completo de la palabra, capaz de bailar, cantar y participar en el número de fieras de su marido.
En el inicio del espectáculo, Stefano aparece en la pista subido a lomos de su caballo y entabla una conversación con Brigitta, que está sentada balanceándose en el trapecio. El flechazo es instantáneo y luego él desaparece de la pista, mientras ella busca consuelo en los diálogos con el payaso Jula Saly.
El reencuentro tendrá lugar, después del entreacto, en el momento en que Stefano presenta su excepcional número de fieras, que en el año 2.004 le valió un Clown de Plata en el Festival Internacional de Circo de Montecarlo. Su doma en docilidad sorprende por la variedad de ejercicios planteados, destacando dos momentos de inusual belleza. Stefano y un tigre se balancean en un columpio, sobrepasando los límites de la jaula. Sirve de antesala a la despedida de ambos, en compañía de Brigitta, quienes montados en una motocicleta y un sidecar, abandonan la pista, después de dar unas cuantas vueltas. El mismo Stefano es el encargado de presentar el número de elefantas, que culmina con una de ellas caminando con suma cautela para superar a las cuatro chicas estiradas en el suelo. Antes de este momento nos hemos divertido contemplando los curiosos saltos a comba y la elefanta futbolista. No son los únicos animales del programa, puesto que este también cuenta con los ponys de Alexandre Jostmann, quien antes de presentarlos en libertad, ofrece un máximo-mínimo, con un caballo trabajando en sintonía con un pony. Los Pedersen nos presentan su número de focas y pingüinos. Aunque estos últimos sólo pueden deslizarse por un tobogán, su sola presencia despierta la admiración de los más pequeños.
Pocos payasos pueden enorgullecerse de permanecer durante diez años en un mismo circo. Es el caso de los Sally, quienes son los encargados de enlazar los números con maestría. La clásica orquesta con campanillas, en colaboración con varios espectadores, finaliza con Elisa apareciendo en la pista para demostrar sus habilidades al xilófono.
El resto del programa está formado por el duo Monastirsky, uno de los mejores exponentes del quick-change; las telas aéreas de Aliosha Coatti y los Wulber, quienes caracterizados como los Blues Brothers presentan un número cómico de cama elástica, que culmina en un triple salto mortal; mismo elemento que posteriormente presentarán en los trapecios volantes, bajo el nombre de Troupe Flying Wulber.
Mención aparte para otros jóvenes miembros de la família Orfei: Moira Orfei junior y Walter junior Orfei Malachikine. Ambos fueron premiados por su número de mano a mano en el Festival di Latina celebrado en el 2.009. Ella ejerce como portora y en distintas ocasiones llega a levantar a su hermano desde el suelo, al más puro estilo Iroshnikov.
Sin duda alguna, los Bravi!, Bravi!, que el jefe de pista Giorgio Vidali reclama después de algunos de estos números, son más que merecidos.
