La Història del Circ a Barcelona del segle XVIII a l`any 1979

La Història del Circ a Barcelona del segle XVIII a l`any 1979

Ramon Bech i Batlle. Editorial: Viena Edicions / 2015 / Páginas: 450

Un libro de Ramon Bech recopila la historia del circo en Barcelona desde el siglo XVIII hasta 1979.

Ramon Bech (Figueres, 1967) ha escrito un valioso libro de 450 páginas muy bien documentado e ilustrado sobre la historia del circo en Barcelona. El trabajo abarca más de 200 años, desde el siglo XVIII hasta el año 1979.

La fabulosa historia del circo en Barcelona

El libro de investigación histórica titulado La història del circ a Barcelona, del segle XVIII a l’any 1979, excelentemente editado por el Ayuntamiento de Barcelona y Viena Edicions, llena de manera brillante el vacío sobre la historia del circo y sigue el hilo que dejó Antonio R. Dalmau con El Circo en la vida barcelonesa, editado en 1947 por la librería Millà, o Josep Vinyes en Homenaje al circo, a la vez que recupera, con rigor y acierto, el testimonio que a través de libros y artículos dejaron los tres grandes críticos de circo Joan Tomàs, Sebastià Gasch y Jordi Elias.

El trabajo de reunir todo el material gráfico ha sido ingente. El resultado es una auténtica delicia para todos los circófilos. Se pueden ver perlas como la foto del payaso Nolo Tonetti al lado de unos niños enfermos estirados en una cama de hospital en el Circo Americano en el año 1952, un oso por las calles de la ciudad a finales del siglo XIX, la carpa del circo Krone en la avenida Diagonal en 1927 o imágenes seguramente irrepetibles: elefantes desfilando por la montaña de Montjuïc en 1968.

El tono del texto, riguroso y afinado, denota la admiración del autor por la historia y también por las artes del circo, a las cuales dignifica y respeta desde la primera línea.

El libro se empezó a gestar hace ocho años, después de que Bech encontrara en el mercado de anticuarios de Sant Antoni, en Barcelona, el libro de Dalmau antes citado y descubriera el pasado extraordinario de la ciudad sobre el circo. Movido por su conocida pasión por el circo —de pequeño, se ponía enfermo para ver cómo montaban los circos delante de casa—, Bech empezó a trabajar sin tener editor. Solo con las ganas de tirar adelante el proyecto dedicó horas y horas a ojear páginas y páginas de papel, sobre todo del Diario de Barcelona, en el archivo de Casa de l’Ardiaca (Barcelona).

“Entraba a las ocho de la mañana y me iba a las nueve de la noche; hasta que me echaban”, comentó durante la presentación del volumen en la librería Jaimes de Barcelona.

Aparte de las valiosas imágenes recopiladas de diferentes archivos y colecciones públicas y privadas, que permiten asegurar que el libro es también una historia gráfica  —hay carteles, planos, fotografías de todas las épocas y programas— uno de los aspectos más interesantes es el trabajo de investigación de hemeroteca y algunas de las suculentas crónicas periodísticas que selecciona Bech; por ejemplo, el texto que relata el número de ratones adiestrados de Siciliani presentado en 1853 en un antiguo convento o las actuaciones del funámbulo Blondin y el trapecista Leotard en el Gran Teatre del Liceu. La crónica sobre este último, del año 1868, no tiene desperdicio: “La sala de espectáculos parecía, tal fue el terremoto de aplausos, venirse abajo, mientras Leotard cruzaba, como una saeta, el espacio (…)”. En total, se han consultado más de 100 encabezamientos, entre diarios, revistas, almanaques y otras publicaciones.

Recorriendo los capítulos del libro, el trabajo también es sumamente valioso ya que nos ayuda a entender la transformación urbanística de la ciudad de Barcelona a través del circo y nos explica, por ejemplo, cómo los espectáculos salieron del recinto amurallado de la Barcelona antigua y algunos conventos se reconvirtieron en espacios para el circo y teatro a causa de la desamortización de Mendizábal.

El autor del libro ya me sorprendió con sus colaboraciones hace años en la revista Zirkólika y con la interesante biografía que hizo del payaso del trío Los Martini, Manel Vallès Totó (Circus Arts Foundation, 2012). Entre las muchas sorpresas que nos aporta Bech, está el cuadro de circos ambulantes que se instalaron en Barcelona en el período comprendido entre 1922 y 1979. A través de este cuadro podemos ir recorriendo todos los lugares donde históricamente se han instalado las carpas e irnos sorprendiendo de los sitios donde se han instalado circos: el Arco de Triunfo, la plaza Catalunya o la Sagrada Familia.

Otros espacios más conocidos donde se montaban circos también han sufrido una importante transformación: la plaza de toros de Las Arenas es actualmente un centro comercial; la estación del Nord de trenes ahora es una estación de autobuses; o el solar entre las calles Marina y Aragó está urbanizado y es la plaza de la Hispanitat. El cuadro también nos permite concluir que la plaza de toros Monumental, en el Ensanche barcelonés, ha sido el único espacio que ha mantenido su uso como circo desde el año 1948, cuando se instaló el circo francés Amar.

Bech, cofundador de Circus Arts Foundation y actualmente implicado en la organización del Festival Internacional de Circo Ciudad de Figueres y en un centro de documentación de la misma fundación, contextualiza cada época con la situación política. En este sentido, explica que la irrupción en Barcelona entre 1922 y 1953 de los grandes circos europeos, como el Krone, el Gleich y el Hagenbeck, fue consecuencia de la crisis en Alemania y de la larga posguerra en Francia. La visita de los circos de calidad, explica Bech, “supone una excepción al aislamiento internacional” que sufría España a causa de la dictadura franquista.

El libro critica algunas actuaciones municipales que han afectado durante estos dos siglos al circo, como el caso del Teatre de la Santa Creu, el primer espacio de la ciudad donde se hizo circo, o los tristes escombros del Circo Olympia en el año 1947 y del menos conocido derribo del Circo Ecuestre en 1895.

También ofrece algunas fechas que harán felices a los aficionados a las efemérides: en 1798 se tiene constancia, por primera vez, de la presencia de la primera compañía de adiestradores ambulantes en la ciudad, en 1825 se presenta el primer espectáculo con el nombre de circo  (Circo Olímpico) y en 1864 se presenta el primer espectáculo dentro de una carpa (Circo Price).

El trabajo es una valiosa aportación a la historiografía de la ciudad y, como señala Genís Matabosch en su prólogo, a la historia del circo en toda Europa. No se tiene que leer de golpe, de un tirón, sino que hay que ir saboreando cada una de sus satinadas páginas.

Seguro que, al acabar el libro, muchos de los lectores se harán la misma pregunta. ¿Y la historia de los últimos 36 años? ¿Quién la hará? ¿Alguien se atreve?

Por Marcel Barrera

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