Mickey de los Reyes/Marcel Barrera. ¿Hacia dónde vamos? La sociedad líquida que predijo el sociólogo Zygmunt Bauman  y el cataclismo al que nos ha llevado la pandemia nos sitúan en un cambio de paradigma. En esta transformación, ¿qué papel juega la risa? Las propuestas de humor en este contexto tan adverso proliferan, paradójicamente, por doquier. La risa como vehículo para espantar el miedo y liberarse de las angustias y las incertidumbres de un mundo sin rumbo.

Estallan las propuestas de humor. Compañías de circo que en los últimos años se habían dedicado a hacer creaciones serias han cambiado de registro y abordan la risa precisamente ahora, cuando la crisis ha roto todos los esquemas imaginables y la sociedad vive angustiada por un futuro incierto, especialmente los jóvenes. Es el caso de Los Galindos. Su espectáculo Mort de riure (MDR) es una de las grandes revelaciones de este año aún pandémico. Pero tras este espectáculo se esconden muchas reflexiones. ¿Saldremos de esta? ¿Podremos tirar adelante? Un espectáculo extraordinario que sacude y que denuncia también la corrupción y las decisiones arbitrarias de los tribunales de justicia, usando el humor como arma de denuncia.

Nuevas propuestas

Escarlata, otra de las compañías referentes del circo contemporáneo, ha dejado la introspección de Quan els crancs portin talons y de cara al 2022 prepara un proyecto centrado en la risa titulado Risus, que presentó en FiraTàrrega. “La risa como indicador social, cultural, político y sanitario o el cambio de paradigma de la risa”, explica la compañía, que prepara lo que llaman ILRIR (Instalación Laberíntica de Investigación de Impulsos de la Risa, en sus siglas en catalán).

Hay muchos más ejemplos. Circo Quimera, del mago Raúl Alegría, tituló su última creación precisamente Ríe. Productores de Sonrisas, de los hermanos González, ha visto gracias a su buen olfato cómo la risa estaba en auge y, bajo el nombre de Clowns, ha reunido un cuarteto de payasos (Fulgenci Mestres, Housch ma-Housch, Davis Vasallo e Isa Belui) y ha montado una ambiciosa gira de siete meses por teatros de todo el Estado.

Joan Arqué, de la compañía de payasos Rhum&Cia: “Más que necesidad de reír, hay ganas de catarsis, y la risa es un gran vehículo”

Compañías de payasos han querido volver a los orígenes y recuperar aquellas entradas clásicas que siempre han funcionado en las pistas de circo. Es el caso de la Cia. Pepa Plana con Veu que no veus y también Tortell Poltrona con Que bèstia! El payaso Leandre Ribera, conocido por sus solos y espectáculos de calle, estrena este otoño N’imPORTE quoi, un ambicioso proyecto con cuatro payasos más (Andreu Sans, Cristina Solé, Laura Miralbés y Pere Hosta).

Seguramente todos estos proyectos están alineados con una afirmación de Terry Eagleton en el libro Humor. El crítico literario afirma que está muy extendida la idea de que el humor es una “forma de alivio” y define esta idea como la  teoría de la descarga. En palabras del autor: “El hecho de reír también se enlaza y se asocia a una cierta liberación de la persona y a una victoria contra la represión que mucha gente siente y que en estos momentos es muy necesaria (…). El humor supone para los adultos lo que el juego supone para los niños, es decir, los libera del despostismo del principio de realidad”. Eagleton también habla de la risa como arma de denuncia: “La risa tiene un elemento democrático que lo hace peligroso, ya que a diferencia de actividades como tocar la tuba o la neurocirugía, está al alcance de todos”.

Joan Arqué, de los payasos Rhum&Cia, cree que después de la pandemia la gente tiene mucha necesidad de “sacar toda la energía reprimida”. “Más que necesidad de reír hay ganas de catarsis y la risa es un gran vehículo”, comenta Arqué. Y añade: “Este verano hemos hecho temporada en Barcelona y hemos comprobado que la gente aplaude con más rabia y se deja ir más. Hemos visto la gente con más ganas. Ir al teatro tiene ahora algo más de ritual de lo que había sido hasta ahora”.

Para la payasa y formadora Merche Ochoa tras la pandemia “la gente tiene más necesidad de reír y de desconectar de la realidad”

Para la payasa y formadora Merche Ochoa, “la gente tiene más necesidad de reír y de desconectar de la realidad. Recuerdo cuando nos cerraron por la pandemia. En la escuela El Rinclowncito estábamos a mitad de curso. La sensación de incredulidad era muy grande. Nos abrazamos pero con una risa nerviosa y sabiendo que algo pasaría. Al cabo de poco empezamos a hacer clases en línea. Necesitábamos continuar haciendo aquello que nos daba nuestra dosis de risa y mantener el vínculo

La risa, democrática

“Realmente -añade Ochoa- cuanta más sensación de incertidumbre hay más necesidad tenemos de reír. Cuando hemos hecho las muestras de los cursos, la sensación de la gente es de ‘Gracias, no dejéis de hacer esto’. La risa sana hace que entres en la historia que los payasos queremos explicar. Al final, la risa de los payasos es democrática, es un baño de humanidad. Necesitamos engancharnos a cosas que nos devuelvan a la comunidad al contacte humano”.

La payasa Pepa Plana, por su lado, explica que durante estos meses de pandemia y restricciones, al ser animales sociales, el teatro ha sido una de las respuestas a la necesidad que tiene el público de salir de casa (cosas a las que antes no se daba importancia). Se ha convertido en “el gran hecho de poder ir al teatro”. “Te arreglas, y no es para ir a comprar, sino para otra actividad permitida. Al final queremos normalidad pero lo vivimos como el gran evento social. Y es que es imprescindible para reencontrarse. Un acto excepcional”.

Pepa Plana, payasa: “Podemos soportar la tragedia gracias al don de la risa. Es una suerte tener este antídoto”

“Yo creo que la gente tiene muchas más ganas de compartir, de respirar con el intérprete”, comenta Plana. Y añade: ¡Qué suerte tenemos! Y sobre todo yo, que soy de bolos de carga y descarga, en la ciudad aún están acostmbrados pero en los pueblos más pequeños realmente el teatro es el gran acto social. Nosotros que nos dedicamos a hacer reír estamos doblemente agradecidos de hacer esto. Los de dramático no sé, pero por suerte nosotros tenemos este chip, esta válvula para soportar la tragedia gracias a este don de al risa. Y esto pasa por reír de todo lo que pasa. Es una suerte tener este antídoto”.

Ganas de divertirse

Por su lado, el cómico portugués César Dias, que actuó en el espectáculo Ríe de Circo Quimera, explica: “Después de lo que hemos pasado la gente no solo tiene ganas de reír, sino que tiene ganas de divertirse y de salir. Lo noto en sus caras, y ahora me fijo más en la manera cómo les hacemos felices. Hemos estado mucho tiempo encerrados en casa y hemos visto que lo teníamos todo y que no lo aprovechábamos. Veo que muchos espectáculos que han abierto después del primer confinamiento están trabajando igual o mejor que antes de la pandemia.

Hay varios libros que abordan la risa. Muy interessante y bien documentado es el trabajo de la guionista y dramaturga Mercè Sàrrias titulado L’art de fer riure (Editorial Angle, 2019). El libro de Constantin von Barloewen Clowns, una figura arquetípica hace un recorrido por cómo se ha ido adaptando al figura del clown a lo largo de la historia de la humanidad. Nos aporta evidencias, además, para constatar que la necesidad de la risa ha estado siempre ahí pero que ha cambiado la forma en que se ha ido reencarnado este personaje incitador de la comicidad.  

Risas y humor es otro de los títulos imprescindibles. Se divide en dos grandes partes. En la primera, titulada Risas con fundamento, se recogen los testimonios de profesionales que hablan sobre el hecho de reír y del humor. Hay escritos de Pepe Viyuela o María Colomer, entre otros, que abarcan temas como la risa para transformar el mundo, los beneficios para salud física, etc. En la segunda parte, titulada La experiencia de hacer reír, se explican diferentes proyectos como los de Pallassos sense Fronteres y también otras acciones en el marco hospitalario que tienen como objetivo utilizar la risa como remedio sanador.