Marina Suleymanova. El circo, tal vez, es el primer conocimiento sobre el arte. El primer evento, el primer salir, la primera profunda impresión. Será siempre un buen recuerdo, porque al circo nos acompañan nuestros padres o nuestros hermanos mayores, porque por primera vez encontramos la verdadera confirmación de que la gente sí que sabe volar. Cada número del programa se nos presenta como si fuera un milagro del que formamos una gran parte, porque no hay ninguna cuarta pared y nuestra presencia es absolutamente necesaria.

Si el primer recuerdo de la mayoría de la gente europea está relacionado con el circo ambulante, la gente rusa, debido a las extremas condiciones climáticas, recuerda el circo como estacionario, lo que también tiene sus ventajas. Explicamos en este artículo los circos más antiguos y famosos de Rusia.

Gran Circo de Moscú (Dirección: 119296, Moscú, Vernadsky Avenue, 7 // Internacional Festival IDOL: www.idolfest.ru // Web: www.bigcirc.ru)

Es el circo estatal de Europa más grande y cuenta con una capacidad para 3.327 espectadores. Construido en 1971, tiene cinco pistas con posibilidad de cambiar rápidamente: pista de hielo, de agua, ecuestre, de luz e ilusoria. Actualmente, el circo está dirigido por los hermanos Edgar y Ascold Zapashnie, representantes de una dinastía circense de domadores, cuya historia cuenta casi con 120 años.

Quedamos con el director artístico del Gran Circo de Moscú, Ascold Zapashniy, para hablar sobre su estrategia y motivación, las posibilidades del edificio del circo y las características del espectador ruso. El director encuentra muy grande el potencial del edificio del circo. Algunas cosas que implementaron en este circo hace 40 años todavía son relevantes y sorprendentes: cinco pistas intercambiables, una amplia zona detrás de la pista, una capacidad de la sala que permite trabajar con grandes colectivos de artistas y un mayor número de animales. “Estas características técnicas abren grandes oportunidades para los directores porque la combinación de estas oportunidades permite crear nuevas formas en el arte circense. Además, somos afortunados por tener la posibilidad de atraer espectáculos con diferentes necesidades técnicas. A pesar de todo, el edificio está en proceso de modernización, después de la cual, por supuesto, el Gran Circo de Moscú seguirá siendo una de las plataformas más avanzadas hasta dentro de 40 o 50 años”, afirma convencido su director.

Aunque el circo tenga una sala muy grande, aún sigue siendo acogedor. El espectador no pierde el contacto con la acción en la pista, que es una cualidad muy importante. Con respeto a la estrategia, Zapashnie asegura que ha elegido una política creativa. “Por un lado, llevo el circo a un nuevo nivel de calidad, porque hay un cierto estancamiento. Por otro, soy un defensor de los cánones clásicos, como mi padre, un gran artista que dedicó toda su vida al circo. Así que guardo todo lo bueno del tiempo pasado y estoy experimentando con el presente”, añade el director. Hoy en día el circo lleva dos programas al mismo tiempo. Uno es más espectacular, un show basado en los trucos circenses. El otro es más clásico. En un programa hay animales, en el otro no.

Los rusos todavía esperan que el circo les sorprenda. Según explica Zapashnie, el circo “es el arte que sorprende a la vista y alegra el alma”. “El espectador ruso –añade– está dispuesto a aceptar la filosofía del circo como parte de la cultura. Intentamos dar una idea, un sentido a los nuevos espectáculos que creamos bajo mi dirección”.

El circo en Rusia, desde el tiempo soviético, cuenta con una lista de grandes logros. Es un arte que ha cambiado muchas vidas en ambos lados de la pista. “Estaba muy emocionado –comenta Zapashnie– tras el éxito de mis primeros proyectos realizados, que fueron arriesgados. El público los percibió con deleite. Y al final, cuando ves cómo los niños empiezan a jugar con tus espectáculos en casa, aparece un sentido en la vida. Aparece una filosofía”.

En la temporada 2014-2015, el circo abrirá con el Festival Internacional IDOL, que se celebra anualmente desde el año 2013. El nuevo festival promete ser un gran foro dedicado a las artes circenses, y contará con los mejores números y atracciones presentadas por artistas de diferentes partes del mundo. Otra idea del concepto del festival es dar a conocer mejor a todos los visitantes la cultura y las tradiciones del circo ruso.

Circo Ciniselli (Dirección: 191011 San Petersburgo, Naberezhnaya Fontanky, 3A // Web: www.circus.spb.ru)

Es uno de los circos más antiguos y el primer circo estatal de Rusia, se inauguró el año 1877 en San Petersburgo. Construido por iniciativa de Gaetano Ciniselli para todos los tipos de público (pero favoreciendo al público aristocrático), el circo contaba con 1.500 asientos en el patio de butacas y podía albergar hasta a 5.000 personas en general, incluyendo la galería desde donde se podía ver el espectáculo de pie. La cúpula, de 49,7 metros sin columnas internas de apoyo y la suntuosa decoración de la sala, eran impresionantes. E impresionan todavía, aunque no se pueda usar en la actualidad. En el año 2013 Slava Polunin, el payaso y creador del conocido Snow Show, cuya nieve durante 20 años calienta el alma de la gente de todo el mundo, llegó a ser el nuevo director del circo. Sus reformas deberían haber empezado con la reconstrucción total del edificio que, de momento, no cumple con los requisitos y las exigencias del nuevo director.

La idea principal de Polunin es convertir el circo en un laboratorio creativo, conectándolo con ópera, pintura y ballet. Además, quiere invitar a cooperar a modernos diseñadores, coreógrafos y compositores. Polunin, que toda su vida se dedicó a estudiar la cultura del carnaval en particular y de la feria en general, ahora está interesado en incluir en esa búsqueda también al arte circense. Porque el circo, según la opinión de Polunin, mejor que otras plataformas, tiene una base para la reforma y la continuación de la cultura de feria en los tiempos modernos. La idea de Polunin es clara. El circo ruso, incluso el circo Ciniselli, como cualquier otro arte, debe evolucionar para perpetuarse.

Con la entrada de Polunin, el Circo Ciniselli empezó la época de las reformas. Lo primero que hizo Polunin fue una encuesta a los ciudadanos de San Petersburgo con las siguientes preguntas: “¿Qué circo les apetece tener en su ciudad? ¿Clásico o contemporáneo? ¿Debe el circo presentar animales?”.

Según las respuestas, vio que el público estaba tan interesado en el mantenimiento de las tradiciones, como en las novedades, así que decidió que las dos direcciones podían coexistir perfectamente. “Necesitamos dar al público lo primero, lo segundo y además lo tercero. El circo, que es una de las más democráticas formas de arte, debe hacer coincidir la tradición y la investigación”, explicó Polunin ante la prensa despué de ser nombrado director.

Circo Nikulin (Dirección: 127051 Moscú, Tsvetnoy Bulevar, 13 // Web: www.circusnikulin.ru)

El año 2015 el circo del bulevar Tsvetnoy celebrará su 135 aniversario. Es uno de los circos estables más antiguos de Rusia y el único que había en Moscú entre 1926 y 1971. Fue inaugurado en 1880 por Albert Solomonskiy y en 1989 se inauguró su reconstrucción. El actual circo tiene una capacidad de 2.000 asientos para el público y está bien equipado y modernizado.

Desde su inicio, el circo fue un descubridor de artistas que llegaron a ser famosos. Gran parte de los cuales eran algunos de los payasos rusos más conocidos, como Karandash, Oleg Popov, Leonid Enguibarov, Mijail Shuydin y Yuriy Nikulin. Es importante destacar entre otros el nombre de Yuriy Nikulin, que fue director del circo durante quince años y cuyo nombre el circo todavía lleva.

A lo largo de su vida, que Nikulin dedicó al circo, lo llamó amorosamente el arte bello y lo trató como el arte más sincero. “La risa es siempre sincera, se puede fingir ser encantado, ser tocado, pero reír de un hecho que no es gracioso, es imposible”, diría Nikulin. La gente del circo recuerda a Nikulin con cariño y con gran respeto. No hay personas a quien el director no haya ayudado. Curiosamente descubro en un escrito sobre la vida de Nikulin que, durante su infancia, un espectáculo de los payasos españoles le causó una gran impresión, lo que hizo que después pidiera a su madre que inventara para él un disfraz de payaso.

Después del fallecimiento de Yuriy Nikulin en 1997, su hijo Maxim Nikulin llegó a ser el nuevo director elegido por los actores. Maxim Nikulin es periodista y locutor de televisión y hoy en día continúa el trabajo de su padre. Por su parte, los hijos de Maxim también empiezan a trabajar en el circo y tal vez estemos viendo la formación de una nueva dinastía circense.

Es importante destacar algunas características técnicas del edificio del circo y del equipo moderno que lo hace ser un circo más seguro pero no menos peligroso. Los artistas circenses saben arriesgar y el poderoso equipo es solo una razón para ir aún un poco más allá. En el circo del Bulevar Tsvetnoy se pueden mover y transformar todas las escaleras, barreras y escotillas. El tamaño y la fortaleza de la pista no son aleatorios. Todo está construido pensando en los espectáculos que contienen números ecuestres y con animales de más de cinco toneladas. Las atracciones con animales todavía son una parte inalienable del programa.

El equipo de luz del Circo Nikulin merece una mención especial. No solo puede generar una buena iluminación, sino que tiene también el poder de crear animaciones. La iluminación está cuidadosamente pensada para cada artista del programa. El circo también dispone de una pantalla LED de 15 metros. Ahora, en el Bulevar Tsvetnoy se presenta el programa La temporada de oro, en el que participan los artistas ganadores de los premios más prestigiosos de diferentes festivales circenses.

Hoy en día el despacho de Yuriy Nikulin sigue con el mismo orden como si estuviera vivo. Solo el reloj funciona al revés, porque el tiempo no sabe parar, pero sí que puede guardar en la memoria todo lo bueno del tiempo pasado. Sobre todo el poder, la fe y el amor compartido con cualquiera que los vaya a buscar a este circo.

(Artículo publicado en el número 42 de la revista Zirkólika). Puedes suscribirte a la revista aquí.