Un año más se llevó a cabo: la tan esperada Quinta Convención Turca de Malabaristas,, en un lejano lugar, en el sur de Turquía. Una convención única, siempre con su estilo propio, y diferente a las demás. Quizás esto sea debido al lugar de increíble belleza paradisíaca donde se encuentra, la mezcla cultural y de distintas nacionalidades de los malabaristas, o por qué no: debido a los manjares que preparan los turcos a cada rato, para comer. Después de unos días previos de duro montaje: la gran carpa, la carpa del Renegado, la carpa de danza, el área verde para los talleres, la zona de acampada…, llegó entonces por fin el día en el que arrancó la Convención, la cual tuvo una duración de una semana.

El primer día fue bastante relajado: un primer contacto con el lugar y su exuberante naturaleza, un chapuzón en la playa bañada por el mar Mediterráneo, un çay (el té turco), una partida de tavla (el backgammon), o malabares en la carpa. Empezaron a llegar durante el día varios malabaristas de distintas partes del planeta: Grecia, Inglaterra, Francia, Chipre, España, Alemania, Argentina, México, Italia, Suiza, Polonia, Hungría, Dinamarca, Canadá, Suecia… En el segundo día, se realizaron distintos talleres y exhibiciones de circo para una gran cantidad de niños llegados especialmente para la ocasión, de una escuela de primaria de Antalya. El día continuó tranquilo, al estilo turco: despacito despacito. Hasta que llegó la noche, dando paso al primer Renegado, una actividad de gran acogida entre los turcos: cualquier cosa en el escenario, a cambio de una cerveza para los buenos números, o por el contrario, agua, para los números mediocres. En esta ocasión, el Renegado fue presentado por Okan, y duró hasta altas horas.

Muchos fueron los talleres que se impartieron: danza sufí, yoga, passing de clavas, manipulación, numerología con pelotas, acrobacias, parada de manos, diábolos… Además, como cada año, se llevó a cabo las Competencias, dónde pudimos ver divertidas y originales pruebas, así como la guerra de clavas, el lanzamiento de todos los objetos al aire para celebrar la alegría del circo, y el clásico torneo de volley-clava. Durante la Convención, los malabaristas estuvimos acompañados en todo momento de músicos que hacían sonar infinidad de instrumentos extraños. Otro aspecto que le dio a la Convención un carácter exótico, fue la convivencia en el lugar con otros animales: caballos, patos, escorpiones, pavos reales….

Una de las actividades de mayor éxito fue la excursión que hicimos todos los malabaristas a Yanartas: un paraje natural en la montaña, dónde el gas de la tierra sale convertido en llamas de fuego. Allí cocinamos, comimos, y disfrutamos en la noche de increíbles espectáculos de fuego, rodeados de las fogatas naturales del lugar. Otras de las actividades destacadas fue el resto de Renegados durante cada noche, además del espectáculo de Gökhan con sus manipulaciones de teteras turcas, el espectáculo de Aro Cyr del turco Serdar, los juegos nocturnos organizados por Suzi, y la noche de videos en la carpa pequeña… No faltó por supuesto, la esperada Gran Gala de Circo, dónde se vieron, entre otros, los espectáculos de: el inglés Rob con sus manipulaciones de sombreros, el joven malabarista turco Dogacan, PJ & Okan con el diábolo, Sive con un número de hulla-hop, el francés François, que cerró la Gala con un número de improvisación con clavas, y la presentación del dúo italiano Roberta & Giovanni, con la colaboración del perrito Yuri, la mascota de la Convención.

Tras esta gran Convención, no queda otra cosa más que agradecer enormemente una vez más a todo el equipo de Organización, por hacer que el circo contemporáneo en Turquía siga creciendo año tras año, con mucha energía y motivación, en este mágico lugar, lejos de todo, pero al mismo tiempo, muy familiar para todos. Al fin y al cabo, vayamos donde vayamos, siempre encontraremos a gente con la que compartir nuestra pasión del circo, en cualquier esquina del mundo, sintiéndonos siempre como en casa.