Las calles de Reus hablan de circo

Las calles de Reus hablan de circo

Marcel Barrera- Reus. Es normal escuchar en la calle hablar del tiempo, del cine o del fútbol. Recuerdo cuando en Canaletas, en Barcelona, la gente se reunía para conversar sobre los partidos del domingo. El circo, en cambio, siempre se ha quedado bastante al margen. Por eso ayer me sorprendió tanto pasear por las calles de Reus, lejos de los escenarios, y escuchar a la gente hablar de circo con total normalidad. "Eso no es circo, es una cumbayada", comentaba un padre en medio de la calle Sant Joan. Sobre el espectáculo de los franceses Entre Nous escuché que era muy "contemporrancio". Pero no todo era tan crítico. De la actuación de El Fedito, por ejemplo, decían que era un "bolazo".

El ambiente que se vivió ayer fue el de las grandes ocasiones. Un hormigueo de centenares de personas y mucha gente con la guía de espectáculos del festival Trapezi, tirando de los niños y buscando una plaza. En la calle Evarist Fàbregas, una señora se molestó porque la gente no aplaudía con la energía que ella quería las proezas en el mástil chino de la compañía Entre Nous. Era cuestión de tiempo. Al final de la función mucha gente se levantó, no para marcharse sino para aplaudir con fervor.

En los espectáculos había tan buen rollo que la gente participaba espontáneamente. En La Palma, durante la función de la compañía Toti Toronell, un niño quedó boquiabierto viendo cómo un payaso de juguete se paseaba por la cuerda floja, y exclamó lleno de ilusión: "¡Otra vez!". Otra escena parecida se produjo en el espectáculo Fidelis Fortibus del Circus Ronaldo, cuando una espectadora, viendo la frustración del protagonista por ser incapaz de reproducir ciertas proezas circenses, le dijo cariñosamente: "¡No passa res!".

En el Fortuny, Bet Miralta y Jordi Aspa (Escarlata Circus) aparecieron en lo alto del vestíbulo del teatro, bajaron las escalinatas, repartieron unos papeles y nos preguntaron si teníamos animales en casa. Luego, Aspa hizo unos equilibrios con un transistor y nos invitó a acompañarle a él o a Bet Miralta. No duró mucho el viaje hasta unas gradas y un espectador dijo: "¡Esto promete!".

La noche terminó en tumulto. Más de 2000 personas llenaban una hora antes del cabaré la plaza Mercadal. Y el sábado dio paso al domingo. Y se seguía hablando de circo por las calles de Reus. 

 

 

 

 

IDEAS · CIRCOTECA

Descubre más en

Zirkólika

La cultura circense para los zirkólikos culturales.
Las artes circenses en su máxima expresión: impreso y online, para leer, ver, escuchar, experimentar y comprar.
^