[OPINIÓN] ¿Qué circo nos queda?

[OPINIÓN] ¿Qué circo nos queda?

Desde el inicio de la pandemia, han surgido varios artículos sobre el "después" en el mundo de la cultura, los cuales indican la necesidad de cambios profundos en las políticas culturales. Pero, ¿sabemos realmente qué sociedad nos deja el virus? ¿Cómo será el impacto en el sector del circo?  Debemos tener en cuenta que esta crisis no sólo es sanitaria, sino también económica y social. Es una crisis que nos recuerda a la del 2008- 2013, de la que aún estamos recuperándonos. Por poner un ejemplo, el pasado mes de mayo, la Associació de Professionals  de Circ de Catalunya (APCC) ya había contabilizado pérdidas directas de más de 10 millones de euros en el sector del circo catalán. Todo ello, efectivamente, sin conocer las consecuencias de una hipotética segunda oleada de contagios.

Este panorama nos indica que los presupuestos públicos de cultura deberán rediseñar sus criterios e indicadores, para así decidir si hay que priorizar los grandes equipamientos o bien disminuir la desigualdad entre los profesionales de la cultura. En este sentido, desde la ciudadanía han surgido iniciativas como el manifiesto de la Renta Básica Universal, una medida que no sólo se piensa "desde y por el" sector cultural.

Tenemos que empezar a aceptar que existen pocas probabilidades de un posible crecimiento presupuestario para la cultura, que en el caso de la Generalidad de Cataluña no llega al 1%. Habrá exigir un distribución más justa de los presupuestos de cultura. Como ya sabemos, el porcentaje de gasto en cultura tiene una relación casi aritmética con la riqueza del país, y nosotros estamos bastante lejos de la Europa central y la septentrional. La economía es inestable y fluctuante. Por lo tanto, el sector cultural debería ser mucho más dinámico y no estar tan sometido al ladrillo y las estructuras burocráticas fijas. Cuando la economía va bien no paran de crecer, pero cuando va mal hipotecan la mayoría de los presupuestos culturales. Quizás es el momento de potenciar las artes de calle que son más accesibles y eficientes, y cumplen con más facilidad las medidas de salud necesarias.

Más precariedad laboral

La precariedad laboral crecerá y se agravará, ya que los sectores refugio de los artistas de circo, como la docencia o la restauración, con los que los profesionales complementaban sus ingresos, también están muy tocados. Muchas compañías e iniciativas de circo ven peligrar su futuro viendo incertidumbre en el circuito internacional tan importante para el circo y en las posibilidades de viajar.

Otro de los desafíos para las artes escénicas es el mundo virtual. La mayor parte de nuestro público pasa muchas horas en línea y con contenido cultural de mucha calidad a bajo precio. El circo debe reflexionar, adaptarse y volverse más híbrido (online/offline). Aprender a competir con portales de contenidos, que cada vez afinan más las recomendaciones personalizadas, y que miden la satisfacción y los intereses de sus usuarios, será uno de los grandes retos. La cultura en vivo todavía tiene mucho recorrido y un montón de oportunidades para mejorar en este sentido. En el listado de oportunidades, no podemos dejar de lado los recursos virtuales que hemos aprendido de repente y por necesidad. Hay que repensar los proyectos culturales más allá de la limitación física de los edificios. Debemos potenciar la red del circo, con herramientas colaborativas de creación y gestión, para convertirla en más eficiente y abierta.

Una última reflexión: nuestra sociedad necesita alguien que le demuestre que, después de una caída, por muy dura que esta sea, hay que levantarse y seguir adelante con todo y aprendiendo de los errores. Creo que el circo tiene un papel muy necesario, ya que de levantarnos sabemos mucho.

Joan Ramon Graell es artista y director de la Producció Nacional de Circ ‘Estat d’Emergència’

Foto: Circored.

(Artículo publicado en el número 65 de la revista Zirkólika). 
Puedes suscribirte a la revista aquí

 

 

IDEAS · CIRCOTECA

Descubre más en

Zirkólika

La cultura circense para los zirkólikos culturales.
Las artes circenses en su máxima expresión: impreso y online, para leer, ver, escuchar, experimentar y comprar.
^