Historia de Los Tonitos, trapecistas con solera

Historia de Los Tonitos, trapecistas con solera

Actualmente, la única troupe española que vuela de trapecio a trapecio por la cúpula del circo es la de Los Tonitos. Hemos aprovechado su paso por Barcelona, integrados en la compañía del Gran Circo Americano de la familia Faggioni, para conversar con uno de sus componentes, Salvi Tonito, y tener la oportunidad de conocerlos más a fondo.

Son la cuarta generación de una familia con solera en el mundo circense, los Papadopaulo, estirpe de la que han surgido grandes artistas como los barristas Belio, los icarios Nicols, la trapecista mundialmente conocida Miss Mara, el alambrista Tonito o el payaso y saltador en la cama elástica, Toni Tonito.

Hay que señalar que estos tres últimos artistas han sido galardonados con el Premio Nacional de Circo. Su padre, Jorge Papadopaulo Vaquero, destacó como alambrista, trapecista y barrista, mientras que su madre, María Jorge Gloria Acosta, se presentaba en la cuerda vertical y haciendo malabares.

En la actualidad, el número de los trapecios volantes está formado por cinco componentes: el portor, Jorge Papadopaulo Vaquero y los ágiles, que son sus hermanos Ángel y Salvi, y las mujeres de estos dos últimos, Esther Polo y Marisa Saba Casu. Todos juntos mantienen viva la llama de la primera formación de Los Tonitos. Salvi nos cuenta con entusiasmo que su padre animó a sus hermanos, que por aquel entonces presentaban el alambre bajo y las barras fijas, a montar el número sin que nadie les enseñara y sin conocer las medidas para montar los aparatos, simplemente tomando como referencia a un amigo suyo, el gran trapecista mejicano Tito Gaona, al que grababan en super-8 para poder aprender los trucos.

Con los años, los benjamines de la casa se fueron incorporando a la troupe; Salvi Tonito debutó a los 12 años con los dobles trapecios en Italia, bajo la carpa del Embell Riva. Poco a poco aprendieron los secretos de la profesión de su padre y sus tíos, como es costumbre en las sagas circenses.

Hoy por hoy, el número ya está consolidado y entre los trucos que presentan están el salto en plancha, el salto desde columpio ruso, la doble pirueta, el salto mortal hacía delante, la doble en carpa, la doble en plancha y, aunque en la actualidad ya lo han dejado aparcado, hay que decir que Marisa ha sido la única mujer española en realizar el triple salto mortal.

Para Salvi, uno de los ejercicios que menos le costó aprender del repertorio fue el salto que realiza desde el columpio ruso saliendo disparado hacia las manos del portor; él mismo reconoce que por desgracia muchas veces el público no aprecia la dificultad y el peligro que conlleva realizar según qué ejercicios. Nos cuenta, por ejemplo, que alguna vez que han presentado los trapecios utilizando una técnica de iluminación parecida a la luz negra, en la que van ataviados con trajes fluorescentes, trabajan con muy poca visibilidad, y en consecuencia han tenido que hacer ejercicios menos espectaculares y arriesgados, aunque al público o incluso a los compañeros de profesión les ha causado más impacto por la puesta en escena que por la dificultad de los saltos.

Otra dificultad que conlleva presentar este tipo de número es el montaje de los aparatos, ya que todo debe estar instalado con gran precisión: niveles, distancias… Más de 20.000 euros entre cables, trapecios, banquinas, estructuras, vestuario y demás. En general, tardan un promedio de cuatro horas en dejarlo todo listo cuando trabajan en condiciones normales, pero a veces pueden tardar hasta doce horas, como les ha pasado en el Americano, al ser una carpa mucho más grande.

Todos ellos aman su profesión a pesar de los accidentes que han sufrido durante su carrera, por suerte ninguno con consecuencias graves, y atestiguan que, por mucha red protectora que tengan a sus pies, esta no siempre es garantía de salvaguardarse de una caída cuando se está trabajando a diez metros de altura. Eso es lo que le pasó una vez a Salvi en Sevilla: cuando ya había finalizado el número, al lanzarse a la red, esta se rajó y Salvi impactó de cabeza contra la pista. Una red procedente de Valencia o Italia que él mismo se encarga de montar y coser, y que no deja de ser la misma que se utiliza en alta mar pero sin nudos, para no causar rozaduras u otro tipo de heridas al caer sobre ella.

Otro susto tuvieron una vez que Marisa cayó sobre las gradas, cuando trabajaba con el Circo Mundial en Madrid, y tuvo la suerte de amortiguar el golpe gracias a un espectador que la pudo sujetar.

Pero Los Tonitos no solo se dedican a volar, también presentan otros dos números en el Americano: por un lado, el alambre bajo, montando cuatro alambres simultáneamente repartidos por las tres pistas, y por el otro, el número en el que destaca el salto mortal hacía adelante y hacia atrás, recreando así el trabajo que presentaban su padre y su tío Tonito en el gigantesco Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus.

Para su tercera aparición en pista, se transforman en los Gánsters de Chicago, y aumentan la troupe con la incorporación de otro hermano, Enri, y de los hijos de Ángel, Kevin y Talia. Saltos en la cama elástica combinados con cuadrante, doble pirueta, doble en plancha, doble engrupado en hombros, doble en carpa, tercera columna, triple salto hacia atrás y triple hacia delante.

Una gran familia que ha trabajado en varios de los mejores circos de España, tales como el Mundial, el Atlas, el de Ángel Cristo, el Americano y el Price, y del extranjero, como el Embell Riva, el Barelli, el Carl Busch, el Orfei, el Lidia Togni, el Pinder y el Royal London Circus. En 2006 se animaron a abrir su propio circo, el Monumental, junto a otros miembros de los Papadopaulo, entre los que se encontraba su primo Toni Tonito, pero las eternas dificultades y trabas que ponen los ayuntamientos a la hora de llevar en ruta una ciudad ambulante, entre otros factores, hicieron que su etapa como empresarios finalizara en 2008.

Llevamos más de una hora charlando, entramos en el chapitó y, desde control, escuchamos la voz de Marisa llamando a Salvi para que baje a la pista a ensayar una coreografía con toda la compañía, es hora de despedirse. Luego nos volveremos a encontrar bajo los focos… ¡Que empiece la función!

(Artículo completo publicado en el número 43 de la revista de circo Zirkólika). Puedes suscribirte a la revista aquí.

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