Leo Bassi no sabe estar quieto: en una semana recorrió tres países distintos para presentar en otros tres idiomas otros tantos espectáculos.

El pasado sábado dictó cátedra en Badalona. El Teatro Blas Infante parecía el paraninfo de una universidad en la que el veterano bufón libró una batalla más contra el fascismo.

Resucitar a Mussolini es lo mejor que Leo Bassi podía hacer para luchar contra las nuevas generaciones fascistas del siglo XXI

Los espectadores nos convertimos al mismo tiempo en alumnos de un profesor que para dar más realismo a su lección se disfrazó de Mussolini y se encargó de que decoraran el escenario como si fuéramos a asistir a un largo discurso de quien fuera uno de los integrantes del trifachito europeo del siglo pasado.

Leo Bassi no escogió a Mussolini por capricho. Franco no daba tanto juego y de Hitler ya se rió Charles Chaplin. Lo de menos era que Mussolini fuera italiano: era el personaje más contradictorio de los tres y el que le despertaba más interés. Además guarda un gran parecido físico con él.

Durante dos años no paró de estudiar su vida y “milagros”. Cuanto más sabía más quería saber para que “Yo Mussolini” se convirtiera en su tesis Cum Laude

Mussolini resucita como si el destino le hubiera dado otra oportunidad y 77 años después de su muerte aparece en Madrid.

Dios los cría y ellos se juntan: el viejo dictador encuentra unos jóvenes fascistas, pero los considera demasiado pijos.

Mussolini se compromete ante sus nuevos amigos de Vox a dar caña al partido y a solucionar el problema del independentismo catalán porque así si se Cataluña se separa de España será más fácil de anexionar por Roma…

Il Duce nos desconcierta hablándonos de la “Blancanieves” de Walt Disney, de su amistad con el millonetis Rockefeller o cómo llegó a ser nombrado “Man of the year” en 1936 por la prestigiosa revista estadounidense “Time”.

A Leo Bassi no le interesa hacer reír por hacer reír porque como bufón tiene un compromiso con el pueblo: sacar a la luz lo que el poder esconde porque no quiere que conozcamos sus verdaderas intenciones y mantener el Status Quo.

Y para ello no duda en utilizar la estrategia preferida por los fascistas: dar miedo. Pero a diferencia de estos, nos da a entender que no hay nada qué temer porque como bien dice: “sin su capacidad de generar miedo, el totalitarismo se queda en nada”.

“Yo Mussolini” es una divertida clase de historia que incita a la reflexión sobre la manipulación de la verdad que ejercen los políticos y el gran capital, expertos en maquillar la realidad a conveniencia. 

¡Larga vida a la vox pópuli de Leo!