Slava’s Snowshow, al igual que pasara hace dos años con Nebbia de las compañías Teatro Sunil y Cirque Éloize, revolucionó Temporada Alta. La expectación en Girona por asistir al espectáculo protagonizado y creado por el payaso Slava Polunin, fue máxima y el “boca-boca” funcionó a la perfección. Muchos recordaban su paso por Barcelona, integrado en Alegría, del Cirque du Soleil y todo el mundo en Girona hablaba de su genialidad, quedándose mucha gente sin poder adquirir localidad, a pesar de los seis pases que dio. No es de extrañar que haya recorrido con su espectáculo 30 países, habiendo realizado más de 4.000 funciones, puesto que consigue como pocos despertarnos emociones; por su talento creo que en su estilo nos recuerda a los grandes genios del cine en blanco y negro como Chaplin y el gran mimo Marcel Marceau.

Sus cambios de ánimo están envueltos en una genial melancolía. A lo largo del montaje los contrastes permanecen constantes: alegría y tristeza, absurdo e inocencia, miedo y valentía, crueldad y generosidad… sentimientos que su cara y su cuerpo reflejan con inusual sencillez, apoyándose en los fenómenos meteorológicos y embarcándonos en un mundo onírico, del cual quiere hacernos participar a todos. Esta interacción constante con el público es una de las constantes del show, destacando tres momentos estelares.

El primero de ellos, cuando el payaso queda enredado en una gran tela de araña, de la cual consigue deshacerse para dar paso a continuación al descenso de otra de dimensiones colosales, que pone en las manos de los espectadores de las primeras filas y éstos, como si de una gran bandera se tratara, van pasando por encima de las cabezas de todos los situados en la platea. Así el público puede sentir la misma sensación que el genial payaso acaba de representarnos.

En el intermedio, Slava no participa, cediendo el protagonismo a su equipo de payasos, que empiezan a juguetear con los espectadores. Así caminan por encima de las butacas, mojan a los espectadores… en los momentos finales del espectáculo, una excepcional tormenta de nieve, dejará paso a un final apoteósico, en el que los payasos irán lanzando enormes bolas y globos que el público hará que circulen por todo el recinto, todo ello acompañado por las espontáneas guerra de bolas de nieve.

Así, después de la tempestad que nos provoca frío y temor, rebrota un sentimiento de alegría compartida por todos, mientras el genial payaso ruso observa tumbado en un lado del escenario; mientras algunos se acercan a felicitarle y agradecerle su generosidad.¡Hacía tiempo que no nevaba con esta intensidad en Girona!

Puedes ver próximamente el show de Slava en:
VALLADOLID: Teatro Calderón (del 4 al 8 de noviembre)
VALENCIA: Teatro Municipal (del 11 al 15 de noviembre)