Circo Alegría estrenó el pasado viernes 3 de octubre en la plaza de toros Monumental (Barcelona) un espectáculo que estará en cartel hasta el 9 de noviembre en una pista de hielo sintético de 13 metros de diámetro. Esta es la principal novedad de la nueva producción de Angelo y Dicky Di Lello. La compañía llega a Barcelona después del éxito que obtuvo hace un año (60.000 espectadores) con el montaje que tenía como gancho a Los Payasos de la Tele.

El circo espera repetir ahora la buena acogida del año pasado con este espectáculo sobre hielo. El público –muchos padres y madres con sus hijos- respondió muy bien el primer día. Tres cuartos de entrada en una grada con capacidad para 950 espectadores. 

Desde la presencia de Circo Paraíso (2006) en el Fórum no llegaba a Barcelona un espectáculo sobre hielo. Es cierto que los más puristas pueden decir que el llamado hielo ecológico no es lo mismo, aunque desde la compañía se asegura que se patina igual de bien.

El Circo Alegría quiere lanzar con esta apuesta artística un doble mensaje medioambiental. Llegan con una pista de hielo, pero sin ningún coste energético adicional ya que es hielo sintético y no consume como el producido artificialmente. Además, el espectáculo cuenta con el apoyo de la ONG Greenpeace, que aprovecha el tirón popular de las funciones del Circo Alegría para difundir su campaña en favor de la conservación del Ártico, actualmente en grave peligro a causa del deshielo.    

El espectáculo puede que satisfaga a muchas familias por su colorido, los cuerpos de baile, las canciones en directo y un vestuario (sobre todo el de de los esquimales y los ciervos) trabajado y coherente, pero no aporta muchas novedades. Hay números de telas aéreas, payasos (entrada de la orquesta), tiro con ballesta, rueda de la muerte, patines acrobáticos, pulsadores y grandes ilusiones.

Tuvo mala suerte la compañía el primer día. Uno de los números fuertes cayó del programa por la lesión de la trapecista. Tampoco se vieron en la pista los números anunciados de columpio ruso, robots y cama elástica. Lo más destacado fue el buen número de malabares con raquetas -hasta cinco- del malabarista Glenn Folco. El joven artista estuvo preciso y presentó ejercicios de dificultad y estéticamente preciosos.     

En las gradas del circo estuvo la domadora Yvonne Kludsky. El espectáculo empieza con la proyección de un vídeo donde se ve el día a día del Circo Alegría, el espectacular montaje de la carpa, la llegada de la compañía a diferentes plazas y sus imponentes tráileres y caravanas. Una buena manera de mostrar a la gente la cultura del circo y como se mueve una compañía ambulante en el siglo XXI.