Era difícil superar la gran noche del 20 de diciembre de 2010. Pues bien, el editor valenciano Vicent Llorca ha conseguido el “más difícil todavía” y la segunda noche de los Premios Zirkòlika de Circo de Cataluña, celebrada el 20 de diciembre de 2011, fue mágica. En un circo lleno a rebosar y en un ambiente formidable, la gala tuvo momentos especiales y reunió casi todas las familias del circo. El gran ausente, aunque representado por una Montserrat Trias muy emocionada cuando recogió el premio para Grimègies, fue Tortell Poltrona (Jaume Mateu). Se perdió una noche auténtica como pocas.

Muy emotivo, en una imagen para la posteridad, fue cuando la payasa Pepa Plana, que antes de su aventura en Cirque du Soleil actuaba por primera vez en el Circo Raluy, entregó al payaso Luis Raluy Lluïset un ramo de papeles de periódico. En esta grave crisis de la prensa en papel algún editor se podría dedicar a la sastrería y hacerle a Pepa vestidos tan extraordinarios como el que llevaba: todo hecho con tela de papel de periódico!

Más artistas sobre la pista. Jean Cristophe Fournier y Kerry Raluy se exhibieron en un número de telas aéreas que provocó una gran ovación del público, en un momento de gran intensidad y compenetración entre artistas y espectadores. Lo comentaba a la salida uno de los miembros de la compañía Daraomai: “Hemos actuado en algunos circos, pero esta pista tiene algo especial”.

Estaba por ver si Adrián Schvarzstein se inclinaba por la moderación de Call Me María o bien por la provocación de su personaje The Green Man. El excéntrico ganó y por unos momentos el nuevo plan integral de la Generalitat estuvo en grave peligro. A la máxima autoridad de la Generalitat en la gala, el Subdirector General de Promoción Cultural, Joan Francesc Ainaud, le empezaron a venir escalofríos. Adrián le invitaba a salir a la pista y él intentaba disimular mirando hacia el infinito. Una y otra vez. Que sí, que no, que sí, que no. Y finalmente, y por aclamación del público, tuvo que salir para hacer de mozo de pista y cargar una alfombra.

En la gala actuaron algunos de los artistas premiados el año pasado como el malabarista Fernando Pose. De gira con el circo de Rody Aragón, Pose es uno de los grandes valores del circo catalán y ayer lo volvió a demostrar con un número de buen humor, excelente técnica y grandioso final. Los hermanos Richard y Alejandro Rossi hicieron sufrir a más de uno. La caída durante su número de icarios fue espectacular y muchos espectadores se levantaron de sus butacas para saltar a la pista si la situación requería de primeros auxilios.

Y casi una taquicardia cogieron, ya durante la entrega de los premios, los miembros de Cronopis, que se llevaron el premio a la proyección del circo. El estallido de euforia, las pisadas y los empujones de alegría de los miembros de este colectivo de Mataró cuando salían a la pista a recoger la estatuilla de Zirkòlika hizo temblar el suelo del circo. Luis Raluy y Carlos Raluy recibieron el premio al mejor espectáculo de circo de carpa. Son muy grandes artísticamente, pero su reacción fue muy contenida. La alegría, a diferencia de Cronopis, iba por dentro. Carlos, además, tenía un doble motivo de alegría. Sus nietas, Jillian y Kimberley, ganaron el premio a las mejores artistas noveles.

Cada premio iba acompañado de una creación con arena de Borja González, que tocó la fibra con imágenes como la de Tortell Poltrona tocando su saxo o Marcel Escolano con su melena de león salvaje. Un gran hallazgo para animar una entrega de premios.

La noche consiguió unir al sector, el famoso sector, en unos momentos especialmente difíciles. Y el mérito es de Vicente Llorca.