Antonio Vargas es un artista internacional que tiene sus raíces en la provincia andaluza de Málaga y lleva 15 años dedicado plenamente al mundo del espectáculo. Comenzó su carrera artística después de su etapa deportiva de competición, donde se formó durante años en gimnasia artística masculina y en el centro de alto rendimiento deportivo CAR de Sant Cugat del Vallès (Barcelona). Descubrió su verdadera vocación al introducirse en el mundo de la danza-teatro y seguidamente en las artes circenses. Vargas (Málaga, 1981) ha pasado por distintas compañías en las que se ha ido formando como artista y definiendo su técnica. Primero fue contratado como acróbata performance en la compañía Albadulake, pionera en la fusión del flamenco-circo contemporáneo. Trabajó en ella durante 12 años y en tres espectáculos distintos, recorriendo festivales y teatros en gran parte del mundo.

Durante los últimos años, aún con Albadulake, Antonio Vargas siguió abriendo su camino artístico y fue requerido por compañías de reconocido prestigio como la canadiense Les 7 doigts de la Main en tres espectáculos (The Fibonacci project, La vie y Amuse) como equilibrista e intérprete. Estos espectáculos fueron distribuidos durante un período de tres años. A su vez, y aprovechando la ocasión, pudo seguir depurando su técnica en este tiempo entrenando con Samuel Tétreault, uno de los directores y también equilibrista de esta compañía. Después de esto, Vargas fundó la compañía granadina de circo contemporáneo y danza Zen del Sur –ver ZIRKÓLIKA número 43–, donde además de trabajar con su número de plataforma de equilibrios con bastones “cannes”, dirigió junto a su compañero Carlos López Aragón el espectáculo Heian, cosechando premios y reconocimientos nacionales e internacionales.

Después de unos años con su último proyecto, Antonio Vargas decidió partir con un nuevo propósito: trabajar en compañías internacionales. Fue entonces cuando la compañía de Canadá Cirque Éloize cuenta con el artista para ofrecerle el papel de personaje principal y también como equilibrista en el espectáculo Mónaco, the show, espectáculo que después de su increíble creación de gran formato completamente terminada y con vídeo publicidad y obra grabada, no pudo llevarse a cabo por problemas externos de coproducción.

Una silla muy especial

Actualmente, Vargas está con el prestigioso circo suizo Monti, en una gira de seis meses por todo el país alpino. Ha sido en este circo donde ha empezado a desarrollar la idea que estaba enfocando tiempo atrás: su nuevo número personal al que llama Flamenco en vertical. El número fusiona movimientos y connotaciones flamencas, todo entrelazado con la técnica de equilibrios o hand balance y una música elaborada para la pieza performance. El aparato que utiliza en esta ocasión para el número de equilibrios es un diseño basado en un tipo de silla que se suele usar en el flamenco. Esta silla está especialmente diseñada por él y construida por su padre, Antonio V. Hidalgo. Lleva unos rodamientos en el asiento para girar en vertical y en los extremos laterales del respaldo tiene unos apoyos para hacer también verticales y giros. Este número ha tenido muy buena repercusión y una aceptación admirable por el público suizo.

En estos momentos, Antonio Vargas tiene un nuevo objetivo personal, a pesar de estar abierto a nuevas contrataciones en compañías de circo contemporáneo. Quiere sembrarse y marcarse un camino en solitario en el mundo del espectáculo de variedades, cabarés, fiestas privadas, galas o cenas espectáculo, aunque esto pueda suponer algunos cambios en sus números. También trabajará para presentarse en concursos y festivales así como ferias de muestras para las próximas temporadas.

Más información sobre Antonio Vargas en www.antoniovargasmontiel.com

(Artículo publicado en el número 51 de la revista Zirkólika, correspondiente al invierno de 2016). La revista completa se puede comprar AQUI.