Cronopis, 10 años de circo

Cronopis, 10 años de circo

Mickey de los Reyes. Diez años de circo. Diez años de cultura de base. Diez años creando sonrisas. Cronopis hace ya una década que vela por la promoción y la difusión de las artes del circo en Mataró, ciudad costera situada a 30 minutos de Barcelona. Actualmente está instalado en Can Fugarolas (ahora hace ya cuatro años), un antiguo concesionario de coches que fue reconvertido en un “taller de reparaciones sociales, culturales y sostenible”, autogestionado, compartido con una veintena de colectivos más de todo tipo.

Cronopis, un espacio en el que conviven una gran cantidad de personas interesadas en el circo, tanto a nivel profesional como a nivel no profesional, cada uno, con sus inquietudes. Desde sus inicios, ha perseguido sus objetivos principales: por una parte, ofrecer formación en las artes circenses a personas de todas las edades, desde niños hasta adultos, ya sea intensiva, trimestral o anual, de forma más o menos profesional. Por otra parte, acoger a compañías o artistas en solitario para dotarlos de un espacio donde poder crear, entrenar o ensayar. Por Cronopis han pasado compañías y artistas como Atempo, Circ Vermut, Los Galindos, Animal Religion, Alba Sarraute, Brunette Bros, La Bella Tour, Hotel Iocandi, Las Polis, y muchísimas otras más. Evidentemente, Cronopis no podía desaprovechar la oportunidad de celebrar todos estos años de trabajo, que le costó tres traslados de casa y mucha incertidumbre hasta poderse establecer donde está ahora. En octubre realizó un pasacalles muy circense que llevó a todo el público desde el centro de la ciudad hasta su casa. Con más de una veintena de artistas y acompañados por la Banda de Can Fugarolas (uno de los otros colectivos que hay en Can Fugarolas) el público se iba encontrando por los lugares de la ciudad un paisaje totalmente diferente. Trapecios que colgaban de obras, un funámbulo disfrazado de mono que caminaba entre dos árboles, un malabarista que hacía malabares sobre un gran muro, una cabina de teléfono que servía para hacer verticales, etc. La ciudad se transformó en aparatos circenses por todas partes. Muy bonito de ver. Y durante todo el recorrido se vieron mazas que volaban o un zancudo jugando con los vecinos… En noviembre se realizó un cabaré. Accedías por la entrada y te encontrabas un coche con luces, música y humo. Ibas al lavabo y te parecía que te habías transportado a una discoteca. También estaba la zona chill out, donde podías tomar una copa tranquilamente, escuchando a una pianista o viendo un número de trapecio Washington. Todo muy acogedor y festivo. Felicidades.

(Artículo publicado en el número 55 de la revista Zirkólika). Puedes suscribirte a la revista aquí.

IDEAS · CIRCOTECA

Descubre más en

Zirkólika

La cultura circense para los zirkólikos culturales.
Las artes circenses en su máxima expresión: impreso y online, para leer, ver, escuchar, experimentar y comprar.
^