Extravaganza es un lugar de gravedad relativa y con ausencia de sentido común. Es un paseo por el laboratorio de un ser excéntrico rodeado de objetos cargados de historia (abanicos, patines, discos de vinilo, catanas, una flauta…), es una contradicción, un oxímoron en toda regla, una visión metafórica del cotidiano, una transformación constante, un juego. El espectáculo es un cúmulo de todas las trifulcas con las que Jordi Kerol ha tropezado a lo largo de la vida, transformadas en circo. Un viaje en el que le acompañan el escritor y dramaturgo Ronan Chereau y el coreógrafo Julien Vitecoq.

FICHA ARTÍSTICA