Especialmente sugerente, arriesgado y fascinante… Así es un espectáculo visual que nos coloca en la frontera entre el sueño y la realidad.

 

¿Cuál es la distancia entre la realidad y el sueño? Este es el punto de partida de la nueva creación de Manolo Alcántara, que tiene como protagonista a un único personaje. Tiene unos sueños ambiciosos que son, de hecho, la expresión de sus aires de grandeza. Pero estos sueños grandilocuentes están lejos de la vida cotidiana de quien los imagina, y la distancia que existe entre el deseo y la realidad acaba por abocar al desaliento a nuestro personaje. Escuchad la música y los sonidos: a veces, serán tan repetitivos y monótonos como la misma existencia y a veces, serán vivos y alegres, auténtica banda sonora de un mundo onírico. ¿Ficción o realidad? Quizás os sintáis confusos, pues todo sucede en un tiempo y un espacio indeterminados, en un espacio escénico en el que los objetos tienen proporciones imposibles y todo parece más grande o más pequeño de como debería ser. Se trata de un espectáculo visual, sin texto, donde se difuminan las fronteras entre realidad y fantasía a partir de una historia con un punto de melancolía. Como si Bartleby, el escribiente, se encontrara de repente inmerso en el mundo fabuloso de Alicia en el país de las maravillas…

 

Firma el montaje un artista que se considera autodidacta y que trabajó en solitario hasta que, en el año 2000, participó en la fundación de la Cía. Circo Imperfecto. En el 2006 creó su propia compañía, Solo Manolo, y llevó a escena el espectáculo Locomotivo. En 2010 firmó el espectáculo Plecs con Xavi Erra y, finalmente, en 2014, creó la Compañía Manolo Alcántara, que echó a andar con el montaje Rudo, visto en el Grec de aquel año, donde utilizaba como escenografía una serie de grandes cajas con las que construía una escenografía cambiante.