La compañía My!Laika presentó el pasado fin de semana en Girona su espectáculo ‘Winter’, un canto al absurdo en el interior de una pequeña carpa blanca y negra para 150 personas. 

“…astutas creaciones del caos, el desorden está hábilmente controlado, la torpeza deliberada: en realidad estos artistas son muy hábiles, no sólo en el circo sino también en diversos instrumentos. Su fisicidad explota por todo el escenario como si no pudiera contenerse.” 

Han pasado 15 años desde la fundación de My!Laika y las palabras que Lyn Gardner, crítico de The Guardian, utilizó para describir el trabajo de esta compañía tras ver ‘Popcorn Machine’, podríamos hacerlas extensivas a ‘Winter’.

My!Laika despliega en esta pieza su caótico universo, mostrándonos una realidad tarantiniana, con escenas no lineales, diálogos absurdos, y sutiles toques de violencia escénica, servido todo ello con ironía musical. 

Un inicio sorprendente, en el que una mesa circular hace las veces de pista, sirve para introducirnos en una historia que tiene lugar durante el frío invierno en lo que parecen ser las ruinas de lo que años fue un museo.

My! Laika: el arte del desconcierto

Desde este momento se despliega un bombardeo de imágenes como si de una película se tratara en la que el circo aparece con cuentagotas, pero cuando aparece deja algunos detalles para el recuerdo: como una reinvención del número de lanzador de puñales convertido en un no menos peligroso autolanzamiento de tijeras, utensilio que también sirve para hacer malabares o crear una estatua que posteriormente dará pie a un sorprendente equilibrio.

O un ingenioso número de malabares en la que una pelota rebota sobre un tablón y finaliza coronando uno de sus extremos en vertical…O una silla reconvertida en trapecio… O la equilibrista que fuma cabeza abajo mientras su compañero intenta absurdamente capturar las cenizas en un cenicero.

Habilidades que no son más que piezas de un rompecabezas inconexo. Como lo son un misterioso cuadro, una estatua que se cae a trozos, un viejo piano, una planta, el humo de un cigarrillo, la luz de un foco, una puerta que se abre y se cierra, la música en directo y unos personajes al servicio de una extraña historia sin pies ni cabeza. 

La incertidumbre del desenlace, así como la tensión escénica, se mantiene hasta un final que es por todo lo alto. Vivir para ver. Me pregunto qué escribirían puristas del circo como Sebastià Gasch o Jordi Elias si pudieran ver este espectáculo. Circo Quo Vadis?

La carpa de My!Laika continuará su gira por Granollers; pasará por Tarragona en el mes de marzo; en abril estará en el Festival Kontrast del Konvent de Berga, para después volver por tierras de Girona en mayo, en la antigua Estació d’Olot.