Antes y después de su gira con el Cirque du Soleil (2011/2012), la payasa Pepa Plana ha ido construyendo un repertorio que la convierte en todo un referente de la escena catalana, a pesar de moverse en un terreno, el de los payasos y el circo, que con honradas excepciones sigue siendo marginal para el poder y los despachos.

Plana lleva más de cinco espectáculos en diez años. En muchos de ellos, se ha mantenido fiel a sus ideas: la denuncia social, la reivindicación de las payasas y la comicidad de las mujeres, el trauma de las guerras y la presencia de los payasos para adultos en las salas de teatro.

Nuevo espectáculo

Esta semana, Plana ha estrenado ‘Si tu te’n vas’ en el nuevo Espai de les Arts Lliures de la Fundació Brossa. Se trata de una obra donde denuncia, como ya hizo en Paradís Pintat (2016), la existencia de los refugiados. Además, visibiliza de nuevo la sumisión que a lo largo de la historia han sufrido las mujeres.

En esta ocasión, Plana pone también el foco en las relaciones humanas que pueden producirse en el contexto de una guerra y que, a pesar de las diferencias de carácter y las fricciones del día a día, en el fondo del fondo la gente se quiere y se necesita.

Tres personajes

La obra la protagonizan tres mujeres de un vecindario que empiezan charlando con desparpajo, cada una desde la ventana de su casa. Pepa Plana es una mujer muy coqueta e inocente que se dedica a coser. Lola González es más bien una mujer antipática, ronca y muy fumadora que se dedica a la carpintería, y la Señora Valentí es una orgullosa aristócrata que solo se soporta a ella misma.

Pero una bomba destruye sus casas y con la guerra las tres mujeres tienen que enrolarse en el batallón 415. Es una entrada muy ácida, divertida y antimilitarista que el carablanca francés Pipo Sosman enseñó a Plana, Valentí y Joan Montañès ‘Monti’ para el montaje Èxode (2011). Los utillajes para esta entrada son la monda: las tetas y los cascos son unos coladores, las ombreras una caja de huevos y una pastilla de jabón, el macuto una bolsa de agua caliente, la banda militar una hilera de ajos y las escobas son las armas de fuego.

Pepa Plana es muy Pepa Plana, con unos cambios de registro espectaculares y constantes juegos de palabras

La guerra también lleva a las tres protagonistas a reunirse para una divertida comida que se basa en una entrada del 1945, escrita por Tristan Rémy. Es en esta entrada donde creo que luce más la química entre Pepa Plana y Nan Valentí, codirectores del espectáculo.

La entrada de la magia

Pepa Plana es muy Pepa Plana, con unos cambios de registro espectaculares y constantes juegos de palabras que, en algunos casos, provocan las risas entre el público. Lola González, que triunfó con el espectáculo Las Gallegas, empieza con mucha fuerza y su personaje funciona muy bien en toda la función, aunque hacia el final esa potencia se va desdibujando un poco. Nan Valentí, por su parte, consigue muy buenos momentos aunque creo que podría encontrar matices para enriquecer aún más al personaje.  

La tres vecinas también acaban haciendo un cabaret para los soldados. De las cosas que me gustaron más, por poética y original, es la entrada de la magia, que acaba con un final tan morboso como bello. Maravillosa la idea la dejar el número a la mitad. Y digo a la mitad en doble sentido, hay que verlo.

La entrada de la magia tiene un final tan morboso como bello. Maravillosa la idea la dejar el número a la mitad

Y toda la odisea bélica termina en un campo de refugiados -de “refrigerados” se le llama en la obra- donde, creo, no acaba de desarrollarse con claridad la clásica entrada de los pies. Aquí, no obstante, se puede disfrutar de la sencilla y camaleónica escenografía que firma Xavier Erra. El comedor de la Senyora Valentí acaba siendo el camino de la salvación para los refugiados. Sin duda es de los mejores trabajos del escenógrafo después de Plecs.

En definitiva, un espectáculo donde Cia. Pepa Plana se mantiene firme en sus ideas, sigue allí y continua su carrera a pesar de todos los pesares y los problemas para renovar el elenco de la compañía.

Un espectáculo imprescindible para los fans de Pepa Plana y muy recomendable para el resto.