Matabosch también manifestó que desde su última edición el festival ha sido víctima de un acoso continuo por parte de grupos animalistas, que protestaron por los espectáculos con animales domésticos del festival como el de la rusa Asel Saralaeva, que presentó un número de equilibrios con gatos. Además, el consistorio abrió un expediente informativo para determinar si se vulneró la ordenanza sobre tenencia de animales que concluyó sin la imposición de ninguna sanción económica, pero que motivó la aprobación de una moción para declarar Figueres "ciudad amiga de circos sin animales".

 

Matabosch reafirmó que tomar la decisión de tirar la toalla no era fácil e insistió que los mismos que apostaron por denunciar al festival por los espectáculos con animales y apoyaron la moción son los primeros detractores del Museo del Circo. El promotor explicó que el museo era "la ilusión que nos impedía ver el enorme riesgo económico al que nos enfrentamos cada año".

 

Aunque ha lamentado el trato de ciertos grupos del consistorio, Matabosch ha asegurado que el equipo de gobierno, formado por el grupo del PDeCat y liderado por Marta Felip, que gobierna en minoría, "le ha dado estabilidad para crecer durante muchos años y ha defendido de forma valiente que el Museo del Circo es necesario para la ciudad".