Con cierto retraso, pero con mucha convicción, recomiendo la exposición Circo, que hasta el próximo domingo 5 de marzo se puede ver en el Centre Cultural de Terrassa (CCT). Tres artistas de diversas generaciones y estilos muy diferentes -Joan Soler-Jové, Ramón G. Ruiperez y Josep Guindo- exponen a través de fotografías, pinturas y acuarelas miradas muy interesantes del circo y algunos de sus artistas

La exposición tiene tres espacios. Las pinturas de Solé-Jové (Barcelona, ​​1934) son, aparte de grandes obras de arte, un testimonio único del circos itinerantes que se instalaban en Barcelona a mediados del siglo XX. Es una delicia observar estas obras y, al mismo tiempo, ver cómo el autor captaba con su traza y realismo el ambiente exterior de la carpa y la atmósfera interior del circo.

Las obras que se exponen de Ruiperez (Barcelona, ​​1966) son muy diferentes. Para mí son un gran descubrimiento. El artista retrata los artistas, entre ellos Marcel Marceau o Xavier Cugat, y crea un universo muy personal. Por último, la tercera parte está dedicada a las fotografías de Josep Guindo (Terrassa, 1958), un profesional de la medicina que se especializó en la fotografía de circo después de visitar el festival Circuba, en La Habana. Guindo, colaborador de Zirkólika, ha querido estar acompañado en esta exposición por Soler-Jové y Ruiperez, dos artistas con quien mantiene una estrecha relación. Entre la veintena de fotografías que expone Guindo hay imágenes de los hermanos Carlos y Luis Raluy, de Tortell Poltrona, y de propuestas más contemporáneas como Hotel iocandi o Manolo Alcántara.

En el catálogo de la exposición, el crítico de arte Josep Maria Cadena firma un texto del catálogo, titulado Necesitamos mantener la sonrisa del circo, que es toda una lección: "Creo que ni como colectividad ni como individuos podemos permitirnos renunciar a los valores culturales, estéticos y emotivos del circo, y que por eso hemos de asegurar su supervivencia y potenciar su difusión ".