Publican el primer estudio sobre gitanos y circo

Publican el primer estudio sobre gitanos y circo

Recientemente se ha publicado “Gitanos circenses. Investigación y documentación sobre el aporte de los gitanos circenses al circo chileno”. La obra de María Elena Andrich Cari, Solange Díaz Valdés y Alexis Páez Peregrín ha sido financiada por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, FONDART.

El libro, ricamente ilustrado, además de introducirnos a la historia del pueblo gitano y tratar sobre sus formas de vida, rasgos culturales e identidad, da a conocer a las pocas familias gitanas chilenas dedicadas al mundo del circo. 

El libro “Gitanos circenses” puede verse en el siguiente enlace:

Gitanos circenses

Al mismo tiempo repasa la trayectoria de familias gitanas circenses por toda Sudamérica como los Stankowich en Brasil,  el Circo Servían de los Yovanovich en Argentina, los Stefano en Perú o el Circo Rey Gitano, que durante cien años ha mantenido viva la descendencia gitana en Guatemala.

Espectáculo del Circo Rey Gitano 

Nos encontramos delante de un revelador estudio, pionero en la materia puesto que se trata del único libro publicado hasta la fecha que trata sobre los gitanos circenses.

Los gitanos y el circo

Los gitanos son un pueblo trashumante que destaca en varios campos: la música, la danza, domadores de animales y también el circo, espectáculo itinerante por excelencia. 

“Como resultado de esta investigación es que nos planteamos la hipótesis que fue una compañía de gitanos acróbatas, saltimbanquis, ursaris los que le dieron el carácter de trashumante al circo tradicional, ya que primeramente era solo ecuestre y estable.”

Los Stevanovich en Argentina

Como es tradición en la cultura gitana los conocimientos se transmiten de palabra de generación en generación. El riesgo de que la historia de los gitanos circenses cayera en el olvido se ha salvaguardado gracias al tridente de investigadores que firman esta obra.

Buena parte de este estudio ha tenido que basarse, en consecuencia, con el testimonio de personas como Héctor Fráncica, quien estuvo investigando durante ocho meses las temporadas circenses de la familia Stevanovich en Mar del Plata. Él fue quien les habló de su vínculo familiar con la familia Bouglione, así como con la trapecista Miss Mara.

Según Francica, el primer gitano que actuó en un circo argentino fue un antepasado de los Stancovich, que entre 1880-90 exhibió su oso en el Circo Italiano de Giuseppe Chiarini.

Los Stevanovich llegaron a tener un imperio de circos en la década de los cincuenta del siglo pasado, con establecimientos renombrados como el Circo Norteamericano. A menudo cambiaban de nombre para despertar así la curiosidad de la gente, a la que intentaban convencer con su leitmotiv: “No vea un circo cualquiera, vea cualquier circo de la empresa Stevanovih Hnos”.

Los gitanos y el circo chileno

Las familias Todorovich, Lavalovich, Marcovich y Andrich, oriundos de los Balcanes, llegaron a Colombia a principios del siglo pasado. De allí empezaron a recorrer el continente sudamericano hasta que se afincaron en territorio chileno. 

Este es el punto de inicio a una larga historia en el que las alegrías se mezclan con las tristezas. Los Todorovich llegaron a Chile en 1927 después de un trágico suceso: su circo gitano fue arrasado por un aluvión en Mirave (Perú), falleciendo una de sus integrantes y el oso amaestrado.

La tía Lola, según cuenta Miguel Daniel Todorovich Lavalovih, “Danilo”, hacía de “tony” (payasa) y fue quien pintó de payaso al patriarca de los Caluga.

Entre las anécdotas reproducimos el testimonio de Carlos Segundo Andrich Marincovich: “Cuando fui a sacar carné, tenía 13 años y me preguntaron cómo me llamaba. Di el nombre de mi papá porqué él siempre me dijo ‘hijo usted se llama igual que yo’, y así que él era Carlos y yo Carlos Segundo. Los dos teníamos los mismos apellidos. Incluso como ya tenía barba me aumentaron la edad. Soy del 22 y ellos me pusieron que había nacido en 1917.” 

Carlitos” fue conocido como payaso con el nombre de “Tony Pantallita” y posteriormente alcanzó renombre internacional como fabricante de carpas de circo, motivo por el que desde esa época pasó a ser popular en el gremio como “El Rey de la Tijera”.

Los últimos gitanos circenses chilenos

Entre las conclusiones a las que llegó el equipo de investigación es que los últimos gitanos circenses que quedan en activo en Chile son los hermanos Andrich. Ninguno de sus descendientes ha querido continuar en el mundo del circo, con lo que la cadena se romperá.

La vida del circo nunca ha sido fácil para nadie. Los gitanos no iban a ser la excepción. En el período invernal, cuando no podían presentar su espectáculo, las mujeres salían a buscarse la vida leyendo el futuro con la ayuda de las cartas y así ganar dinero con el que sostener a su familia.

En el circo familiar todos ayudaban a montar y desmontar el circo: “Los niños recogían las cosas pequeñas, las mujeres se encargaban de las sillas y de la platea. Los varones de las cosas más pesadas, como acarrear tramos (gradas) para armar las galerías”.

María Elena Andrich Cari

La inventiva de los gitanos les hacía inventar ejercicios nunca vistos como “el guitarrazo”. Carlos Fernando Andrich Quiroz explica así en qué consistía este truco que hacían sus tíos: “Consiste en trapecio sencillo, luego le suben una silla, la colocan encima del trapecio, suben una guitarra y cuando está cantando, se tira y cae el trapecista y la silla, pero queda colgado de los pies tocando la guitarra y cantando”.

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