Vuelve el Gran Circo Universal después de una década de gira por Europa

El Gran Circo Universal de Loredana Marton y Franzk Burkhart es una de las compañías de circo itinerante que han decidido mantener la gira en plena pandemia. Con una treintena de empleados y una decena de artistas en la pista, su carpa de rayas rojas y blancas y con capacidad para 600 personas ha regresado después de una década de viajes por varios países europeos: Bélgica, Alemania, Holanda y Francia. En estos países han presentado un espectáculo protagonizado con caballos y también Hot Africa, una adaptación de Africa, Africa, de André Heller. Les ha ido moderadamente bien estos años. Se marcharon en septiembre de 2008, poco después de su polémica con el Ayuntamiento de Barcelona por la prohibición de presentar los cocodrilos y cuando vieron llegar a España la crisis económica de las hipotecas subprime. Justo diez años después de cruzar la frontera, y cuando en Francia estallaron las revueltas de los chalecos amarillos, decidieron emprender el viaje de regreso. Era el año 2018. Erandio (Vizcaya) fue la primera plaza que pisaron.
El pasado verano llegaron a tierras catalanas y, entre otros municipios, hicieron Cunit (Tarragona), donde la compañía tiene su base operativa, y Vilanova i la Geltrú. Si les sorprendiera otro confinamiento estarían ya en casa, piensan ahora tranquilos. Su intención es seguir con el circo, pero todo es muy difícil, reconoce Loredana, ataviada con una mascarilla de pantalla donde se puede leer también Circo Universal.
“La gente tiene miedo y no viene al circo”, remata el joven Joanes Burkhart (Sant Boi de Llobregat, 1998), director artístico y autor del guión del espectáculo Etheria y los hologramas en 3D de animales que se proyectan al inicio de la segunda parte. Se ven tigres, leones, cebras y hasta mamuts. El espectáculo tiene un mensaje ecologista y se situa en un planeta donde la magia ha desaparecido a causa de la destrucción del hombre.
En Cunit, el pasado otoño, actuaron en la pista Tatiana (telas y aro aéreo), Johnny Bogino (payaso), David Arriola (malabares y rola-bola) y Paulina (hula-hoop), entre otros artistas. Para Joanes, el montaje plantea la necesidad de crear sin destruir. Desde el estallido de la pandemia, el circo ha tenido que reducir su aforo a 300 localidades y les han denegado plazas importantes como Lleida, Logroño, Zaragoza o Cornellà. Pero quieren seguir y lo intentan cada día que se levantan. Ahora han renovado el programa y hasta el 10 de enero los podemos ver en la plaza Agricultura de Sant Boi de Llobregat.