El Gran Circ de Nadal de Girona ha vuelto a abrir sus puertas en la Navidad más incierta. Bajo la dirección general de Genís Matabosch y con el sello inconfundible de la Circus Arts Foundation se ha presentado la nueva producción navideña Adrenalina, más allá de los límites. Como de costumbre, una producción internacional con música en directo que demuestra que el circo de calidad, bien cuidado, hecho con cariño, rigor y respeto existe. Cinco días, catorce funciones y por supuesto todas las medidas necesarias para prevenir la Covid-19. Lástima del confinamiento comarcal que hay en Catalunya que no les ha permitido tener a todo su público fiel.

Para este nuevo espectáculo se han podido ver ocho atracciones de primer nivel acompañadas por la música de la ya popular Paris Circus Orchestra. El leitmotiv de este año ha sido la adrenalina. En los 90 minutos que dura la función (sin intermedio como medida para prevenir la covid-19) se ven un suceso de números a cuál más fuerte que el anterior. Alexander Lichner nos hizo levantar la vista a la cúpula del Pabellón de Fontajau con su número de trapecio lleno de fuerza y tensión. Difíciles ejercicios los que ha ejecutó, uno de ellos, colgado del revés por las rodillas, que se deslizaron lentamente (con el trapecio en movimiento) hasta reposarse en sus talones. Impresionante.

Qué suerte haber podido ver el Dúo Jasters, considerados como uno de los máximos referentes en el lanzamiento de cuchillos y flechas con ballesta. Hacía tiempo que no escuchaba el silencio de toda una grada a la espera de realizar el más difícil todavía. Sí, Giacomo Jasters ha atravesado con una flecha la manzana que reposaba sobre la cabeza de su ayudante Elena. A la primera. Brutal. También es de obligada mención el joven malabarista Michael Ferreri. Qué número, qué ritmo, qué ejecución, qué fácil lo hace todo. Qué máquina del lanzamiento de pelotas. ¡Hasta 10, pasando por preciosas y perfectas rutinas de 3, 5, 6, 7 y 9 bolas! Asombroso.

No me gustaría dejarme al Dúo Solys, un número de mano a mano mixto muy curioso en el que se ha podido ver muchas figuras donde la mujer hacia de portor y el hombre de ágil. Eso si, ella no se ha quitado los tacones en ningún momento (más que para el número final). La guinda del pastel la han traído los colombianos, paraguayos y chilenos Hell Riders con el globo de la muerte. Han levantado a todo el público por todo lo alto. Hasta seis motos a todo gas girando por la gran esfera. Multitud de “coreografías” ejecutadas a la perfección.

Que en la época que estamos, aún se pueda ver circo y de calidad es todo un sueño hecho realidad. Es para quitarse el sombrero haber mantenido esta cita en el calendario dada las complicaciones que está viviendo el sector de la cultura y el circo. Si como dice Genís, “habéis sido un público formidable”, la Circus Arts Foundation ha sido nuevamente valiente y atrevida para no defraudar a su público. 'Adrenalina' ha sido la de volver al circo, la de volver a soñar, la de volver a vivir mil y una emociones.