Marcel Barrera – El payaso Claret Papiol, maestro del lenguaje y de los juegos de palabras, con más de 40 año de trayectoria, recibió ayer una de las máximas distinciones honoríficas que puede recibir un payaso: la Nariz de Oro del Festival de Payasos de Cornellà. Memorial Charlie Rivel.

El nombre de Claret está desde ayer junto a otros grandes nombres del género, como Mary Sampere, Miliki, Leo Bassi, Joan Montanyès ‘Monti’, Dimitri o Tortell Poltrona. Justamente Tortell Poltrona fue el encargado de entregar el trofeo a Claret, después de que los dos rememoraran los míticos Germans Poltrona -entre el público se encontraba Doctor Soler– con un divertido juego de tortas y bofetadas. Y en ese punto, cuando pasaban pocos minutos de las 20.00 horas y con las gradas  fregando el lleno, Poltrona cogió el pequeño trofeo y se puso a un extremo de la pista para tomar carrerilla y tirárselo, como si fuera un pastel de nata, a la cara de Claret. Pero antes del choque, Poltrona fue frenando y se lo entregó en mano. Después, los dos artistas, cómplices de toda una generación y amigos desde la infancia, se fundieron en un gran abrazo.

En presencia de la consellera de Cultura, Laura Borràs, y del alcalde de Cornellà, Antonio Balmón, entre otras autoridades, Claret se puso serio y lanzó bastantes mensajes. Pidió reforzar los circuitos para dar trabajo a los artistas y espacios para la exhibición, agradeció el apoyo de su compañera Marielle Champagne y de todo el equipo organizativo del festival, y reivindicó el papel del payaso en la sociedad, la libertad de expresión y también la libertad de los presos políticos.

Después de su intervención, desapareció el dibujo de arena de Borja Ytuquepintas dedicado a Claret que presidió toda la ceremonia y arrancó la gala inaugural. Fue un inicio un poco frío, con una introducción que se alargó demasiado, pero la gala fue de menos a más y el público se fue animando, con una delirante entrada que puso el colofón final que estuvo protagonzada por el payaso canadiense Joe de Paul. El artista, de pequenísima estatura, hace de gigante e incluso abate aviones de papel encaramado a uno de los mástiles del circo, como King Kong. Un gran final de gala, que convenció y también contó con buenas entradas de Fanny Giraud, Gromic, Die Maiers y Tim Tyler; además de un particular homenaj de Claret Papiol a Charlie Rivel, la animada musica de los andaluces Lapso -interpreton un sorprendente Bach con bocinas- y los mozos de pista, procedentes de Francia, Nezdames et Nezsieurs. Se trata de una buena gala; no se la pierdan.