El London Bar salvado: Carlos Raluy, del Circo Histórico Raluy, hereda el mítico local

El London Bar salvado: Carlos Raluy, del Circo Histórico Raluy, hereda el mítico local

El London Bar, mítico punto de encuentro de los artistas de circo, volverá a brillar después de muchos meses cerrado. La propietaria, Eli Bertrán, ha dejado en herencia el histórico local al director del Circ Històric Raluy, Carlos Raluy, que ahora trabaja en recuperarlo para el circo y la vida cultural de Barcelona. 

Después de la muerte de la propietaria Eli Bertrán, el mes de mayo del 2016, el futuro del London Bar era incierto. Cerrado durante más de un año, la falta de movimiento y la persiana siempre bajada, hacía temer la muerte de este local más que centenario —fue inaugurado hace 107 años, el 23 de junio del año 1910— y lugar mítico y de imborrable recuerdo para muchos artistas de circo del siglo XX y una parte importante de la historia de Barcelona.

Sin descendencia, Eli Bertrán podría haber vendido el local fácilmente, ya que no le faltaron ofertas de compra, entre las cuales hubo de inversores chinos y del Ayuntamiento de Barcelona, pero las rechazó todas y decidió dar en herencia el London Bar a Carlos Raluy, director y fundador del Circ Històric Raluy, para que el local tuviera continuidad y manteniera su esencia. Ahora Carlos quiere recuperar el esplendor que había tenido el emblemàtico local, de un gran valor histórico por su decoración modernista, y que el espacio vuelva a ser un punto de encuentro para la gente de la cultura. “Me gustaría que este local de la Barcelona de antes vuelva a revivir y que el London Bar forme parte nuevamente de la vida cultural de la ciudad”, explica Carlos, que añade: “Quiero que vuelva a los tiempos de la bohemia y que el espacio sea nuevamente un espacio de encuentro para la gente vinculada al teatro, el cine, la ópera y, evidentemente, el circo”. Por aquel espacio, ubicado en la calle Nou de la Rambla número 34, en el casco antiguo, han pasado muchos  artistas y escritores de renombre: Pablo Picasso, Joan Miró, Antoni Gaudí, Ernest Hemingway, Antonio Machado, Carlos Gardel, Rogelio Rivel o los Frediani.

Continuidad y reapertura 

Carlos Raluy ha querido que la revista ZIRKÓLIKA sea el primer medio de comunicación en publicar una noticia que cuando se empiece a conocer seguro que corre como la pólvora. Mientras se realizaba la sesión de fotos para este reportaje, se acercó un vecino del barrio y con una barra de pan bajo el brazo alargó medio cuerpo hacia adentro para preguntar sobre la situación del local y clamó un deseo en voz alta, sin saber quiénes éramos ni qué hacíamos allí: “Que no se pierda este local para el barrio, por favor, que no se pierda”. Este es un ejemplo del interés que suscita el London Bar, protegido por el Ayuntamiento de Barcelona por su valioso patrimonio histórico —la fachada, la barra del bar, el espejo modernista, etc— pero que se podría haber perdido, como muchos otros locales históricos. Lo que no sabía este vecino es que desde mucho antes de su muerte, Eli Bertrán ya tenía una cosa clara: el London Bar tenía que continuar y conservarse, y que cuando ella faltara no se podía truncar una historia que empezó su abuelo, Josep Roca i Tudó; continuaron en el 1949 sus padres, Pedro Bertrán y Dolores Roca, y después ella misma, que regentó el local desde 1976 hasta su muerte, cuando se lo traspasó a Carlos Raluy. Curiosidades de la vida, Carlos tuvo la idea de crear el Circo Raluy a la antigua el mismo año que Eli se hizo cargo del London, en 1976, aunque el circo no arrancara hasta 1983.

Circ Raluy: Todo empezó en el London Bar

“Eli —explica Carlos— me había dicho muchas veces que le gustaría que el London continuara existiendo y que el día que ella desapareciera no tendría a nadie”. Carlos recuerda las visitas que Eli hacía con su marido José Antonio Alabá ‘Toño’ durante las estancias del Circ Raluy en el Port Vell de Barcelona, y comentaban la importancia de la pervivencia del local, pero todo quedaba en palabras y voluntades. “Con Eli —comenta Carlos— había una muy buena relación y complicidad, era una persona valiente y estando ella enferma mantuvo el local en pie. Sempre decía que me dejaría el London, pero yo nunca pensé que esto se convirtiera en una realidad; para mi ha sido una gran sorpresa, no me lo esperaba”. “Creo que tomó la decisión poco antes de morir; ella conocía la historia del Circo Raluy, que yo impulsé el circo en 1983 y la relación de mi padre con el local. Todo esto pudo influir en su decisión”. “Haré todo lo posible —añade Carlos— para que este local no muera y pueda vivir muchos años más”.

Este no es un traspaso cualquiera, ya que el London Bar tiene una altísima carga de emotividad para Carlos Raluy y todos sus hermanos. En estas paredes empezó, por azar, el famoso linaje circense de la familia Raluy. Lluís Raluy Iglesias, el padre de Carlos y de sus hermanos Lluís, Francis y Eduardo, era un joven adolescente cuando frecuentaba el local, atraído por la gran cantidad de artistas de circo que allí se reunían. No era artista de circo, pero le gustaba la gimnasia y era un hombre corpulento e inquieto. Hacia los años  20 y 30, los artistas de circo se encontraban en el London Bar después de hacer una ronda por los despachos de los agentes artísticos que a principios del siglo XX se concentraban por la zona. Se hacían también negocios, se firmaban contratos artísticos y los propietarios de las carpas se las alquilaban a los artistas de circo. Este ambiente dio lugar a que mucha gente se conociera, y muchos proyectos empezaron en el London Bar, uno de los locales con más historia y pedigrí de Barcelona.

Los acróbatas Los Keystone, una de las compañías que frecuentaban el bar, se encontraron con un imprevisto: la marcha de uno de los miembros del trío. El propietario del bar, Josep Roca, les sugirió al joven Lluís Raluy Iglesias para suplir esta vacante y poder continuar con los contratos que tenían ya firmados. Después de visitarlo en Sant Adrià del Besòs y hacerle una oferta para entrar en el grupo, Lluís Raluy Iglesias dejó la fábrica, hizo las maletas y se añadió a Los Keystone. Allí  empezó todo, como diría la letra de algún romance, y una carrera meteórica que le llevó, entre otros muchos circos, al Cirque d’Hiver de París, al Cirque Bouglione (Francia) o al circo Chipperfield (Inglaterra). Era el año 1931 y se iniciaba un linaje de circo, el de los Raluy, que ahora ya tiene cuatro generaciones. “Si no fuera por el London, no estaríamos aquí”, explica Carlos Raluy emocionado. Ahora, después de 86 años desde las visitas de Lluís Raluy, el London Bar ha pasado a manos de Carlos Raluy. “Eli me lo ha dejado en herencia para que continuara vivo. Me hace mucha ilusión, solo de pensar que mi padre iba allí a menudo y que ha caminado muchas veces por aquí ya me hace ilusión conservarlo. Si mi padre me viera por un agujerito,  diría: ‘qué bien’ y sería fantástico…”

Restauración y proyecto

“Ahora será necesario —avanza Carlos— buscar formulas para que el London vuelva a resucitar el interés que se merece y convertir el London en un local emblemático y que la gente se lo pase bien pero con seriedad”. “También será necesario —añade— realizar unos trabajos de restauración del local y ponerlo al día conservando el estilo London: en las paredes hay unas franjasde mármol roto que habrá que cambiar por el mismo modelo de mármol, hacer una restauración bien hecha y pintar de nuevo conservando el cromatismo del local, así como rehacer la instalación eléctrica y hacer nuevos los servicios, ya que son antiguos”. Está previsto que haya un espacio dedicado al Circ Històric Raluy, que rememore la historia familiar y la de este circo, fundado en 1983. Está en estudio crear un nuevo espacio escénico para espectáculos de circo y variedades donde ahora estan los almacenes. Entre los proyectos también está el de reconvertir el altillo en las oficinas del Circ Històric Raluy. Según Carlos Raluy, “el turista se acercará porque pasan por allí pero encontrará un entorno cultural y verá que no es un local para gritar y empezar a emborracharse sino que es un local típico de una ciudad que tiene su historia”.A

Ayuda del Ayuntamiento de Barcelona

La restauración, encargada a la arquitecta alemana Katrin Baumgarten, de Roomz, prevé decapar, restaurar y pintar los elementos históricos de madera como el escaparate con espejo, las puertas del baño, restaurar el mármol y los otros elementos de la primera barra, restaurar la chapade mármol de las paredes y restaurar una pintura mural, entre otras mejoras. Para esta restauración, Carlos Raluy pide la ayuda del Ayuntamiento de Barcelona: “El Ayuntamiento actual no quiere dejar morir esto, de hecho hay unas condiciones para que no cambie y se proteja el local”. “Es importante que pueda haber ayudas y que se actúe para que estos locales se conserven dentro de la ciudad, creo que sería muy importante porque todos venimos de un pasado”, sentencia Carlos. Pasado, presente y también futuro. En sus manos está la nueva vida del London Bar.

 

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