Adrián Vega dice que “La magia es adictiva” y razón no le falta. Y sino que se lo pregunten a los más de 10.000 espectadores que han pasado por FIMAG, una fábrica de ilusiones con sede en Torroella de Montgrí.

Un festival que nació con pocas propuestas concentradas en dos días, entre las que se encontraba ‘La Asombrosa Historia de Mr. Snow de Antonio Díaz’. La por aquel entonces joven promesa actuó en el auditorio Espai Ter, espacio que en aquellos tiempos era una nave que no contaba ni con gradería y que, al igual que el FIMAG ha ido creciendo con el paso del tiempo hasta convertirse respectivamente en un moderno equipamiento y en el mejor festival de magia del Sur de Europa.

Crecer sin perder la esencia popular es uno de los grandes secretos de este evento creado por Juli Carbó y David el Mag, quien, desde hace unas cuantas ediciones se encarga de los talleres de magia, tarea que en esta edición ha compartido con Àlex Ferrer.

Una década de FIMAG que ha contado con estrellas de la magia catalana como Màgic Andreu, MagSelvin o Mag Lari; nacionales como Yunke, Héctor Mancha o Miguel Ángel Gea o internacionales como ShinLim, Anson Lee, HuangZheng o Chris Torrente.

Para celebrar la vuelta a la normalidad, del 3 al 5 de junio, ha contado con más premios nacionales e Internacionales que nunca. Hasta 3 premiados con el FISM 2021 (Fédération Internationale des Sociétés Magiques) actuaron en la Gran Gala Internacional: Javi Rufo, Laurent Piron y Ramó&Alegria.

Los dos primeros nos transportan a sus poéticos universos: el de un mago sastre que crea de la nada un vestido de Pierrot y el de un genio que juega con pañuelos y cajas de cartón que cobran vida como si fueran los juguetes de ‘ToyStory’. Por su parte, las grandes ilusiones en comicidad de la joven pareja de magos catalanes presenta una sorprendente fuga rápida completada sobre los restos de una caja de madera, convertida en tablones como venganza de la partener por las dificultades técnicasocurridas en el primer truco.

‘Déjàvu, el viaje final’ del Mag Edgard es la misma disciplina vista desde otro prisma, como si fuera una película de Tim Burton “nos transporta a un lugar en el que si llevas tu infancia contigo nunca envejecerás”.

Mario López (1er premio en el programa televisivo estadounidense Fool&Us) se muestra en su acto ‘El milagro de la sal’ como un antimago que no da pie con bolahasta acabar salando el escenario.Todos ellos fueron presentados por la excéntrica actriz catalana Judit Martín, conocida por sus apariciones en TV3.

El mismo escenario acogió además dos grandes producciones: ‘Área 52’ de Adrian Vega y ‘Efímero live’ de Jorge Blass. Para el primero “lo más importante para hacer magia es la imaginación”: necesita poco más que las 52 cartas de la baraja y el cubo de Rubik para demostrárnoslo. El espectáculo del segundo es una apuesta por las nuevas tecnologías, fusionando la magia virtual con la física, con experiencias interactivas con espectadores que no están en la sala y con trucos inéditos como un dron que se convierte en un mago que escoge la carta escogida al azar por un espectador.

El resto de la programación se distribuyó entre dos grandes apartados: magia popular y magia singular en espacios como patios particulares o los dos cines de Torroella.

Todas las propuestas populares tenían en común ser aptas para todos los públicos y contener altas dosis de comicidad como Iván Santacruz, el popular “papá mago”, ‘El circ dels impossibles’ de Mag Stigman, el mago del buen rollo; el veterano Adan Xou, quien combina magia y circo; ‘Toilet’ de Karlus Soler, una creación artística que su protagonista define irónicamente como “un espectáculo de mierda que no es una mierda de espectáculo”.

Las dos féminas solistas dejaron alto el listón: Joana Andreu demostró las muchas tablas que atesora al llevar toda la vida en el mundo de la magia cómica y la talentosa vallisoletana Martilda, primera promoción de la Escuela de Magia de El Escorial, que tras finalizar su actuación reclamó algo que lamentablemente parte de nuestra sociedad todavía no ha asimilado: “un artista de calle no es un mendigo, es alguien que quiere trabajar en la calle”.

La magia singular presentó espectáculos intimistas, en la que la proximidad entre el artista y el público permite una conexión especial. Todos los/as magos/as seleccionados tienen sus propios códigos. David Navares y su teatrillo nos demuestran que un gran artista no es solo aquel que llena teatros, aparece en televisión y cuenta con millones de seguidores en las redes sociales. El entrañable “Houdini del Retiro” es un vendedor de ilusiones que no necesita nada de eso: la calle es para él una escuela y un puesto de trabajo y algo todavía más importante: su razón de ser.

Alejandro Revuelta es un culto mentalista que asocia su disciplina con la filosofía y la poesía. Roger Belso es un mago del siglo XXI que tanto puede sorprendernos con trucos de cartas inspirados en la serie de Netflix ‘StrangerThings’ como por convertir a un espectador en mago por un día. Nilo Hidalgo desprende con su tranquilidad escénica una gran seguridad en sí mismo. Su timing perfecto facilita al espectador la comprensión de sus rutinas. Mario López se muestra en ‘Milagro!’ como un pasota que vive de trabajar en la calle, dando utilidad mágica a objetos cotidianos como monedas o cigarrillosy llegando al clímax de la absurdidad mágico cómica con un surrealista micronúmero de grandes ilusiones.

Tres de las propuestas singulares fueron incluidas en dos sesiones golfas: ‘Algo sospechoso’ del prometedor Albert Vidal —ganador del concurso de Magia Joven en el 1er Festival de Magia de Terrassa—, ‘Lolamentando’ de Lola Mento y ‘Magia en juego’ de Javi Rufo. La segunda desprende desparpajo y alegría a raudales: su mejor magia no es asombrar al respetable con sus trucos, sino utilizarloscomo arma de comicidad masiva. El alter ego de Beatriz Garrido, lo tiene todo para convertirse en futura chica Almodóvar: lolamentaría mucho no haberla visto…

Javi Rufo es, al igual que Lola, un artista total: actor, maestro de ceremonias, conferenciante… y un mago que en 2019 ganó el Premio Nacional de Magia Infantil y el de Manipulación. Entre otras muchas virtudes es el Google humano, capaz de calcular los algoritmos que rigen los patrones de conducta de los voluntarios que suben al escenario. Rindió homenaje a René Lavand, el célebre mago que tras perder parte de su brazo derecho por culpa de un accidente, lejos de darse por vencido, continuó trabajando utilizando su otra mano. Rufo manipuló con una sola mano una bola blanca y otra roja, aplicando la máxima del maestro argentino: “No se puede hacer más lento”.  

Emocionado, se dirigió al público al final de su actuación: “Mi recuerdo entre ustedes y yo será eternamente imborrable…” Como lo serán para mí estos tres mágicos días vividos en FIMAG, el Festival Internacional de Magia de Torroella de Montgrí.