COMUNICADO DE LA ASOCIACIÓN DE PROFESIONALES DE CIRCO DE CATALUÑA

La Asociación de Profesionales de Circo de Cataluña (APCC) apoya al payaso y artista callejero Menzo Menjunjes después de que la policía local de Castelldefels le haya detenido cuando estaba actuando en la calle pasando la gorra. Desde la APCC lamentamos que los Ayuntamientos no pongan en valor todas las artes de calle y por el contrario, les persigan con identificaciones, multas y detenciones como en este caso.

La detención del artista Menzo Menjunjes tuvo lugar el 7 de diciembre a las 20h en Castelldefels mientras el artista actuaba en un paréntesis de la programación municipal con motivo de la Fiesta Mayor de Invierno de la ciudad. El motivo de la detención fuer porque no llevaba la mascarilla y otros requerimientos de documentación, con resultado de una noche en el calabozo y una denuncia por desórdenes, alteración del orden público y atentado a la autoridad.

Esta denuncia es una más de las que los artistas que trabajan a la gorra se encuentran de forma habitual. Aunque no siempre tienen como resultado la detención, las multas y sanciones son muy frecuentes, dejando cada vez más debilitadas estas muestras artísticas que buscan la relación directa con el público, el acceso a la cultura desde la proximidad y la de sobrevivir económicamente, de forma legítima y como alternativa al establishment fuera de la programación institucional.

Contrariamente a otras ciudades del estado y de todo el mundo donde se valoran las expresiones artísticas de cualquier formato en la calle y se mantiene un diálogo con sus actores e impulsores, nos encontramos con que aquí, algunas administraciones expulsen, denuncien y multen a los artistas.

Alternativas

Hacen falta alternativas que pasen por el diálogo y la confianza a los colectivos de artistas callejeros, para mantener esta manera de hacer, mostrar, ver y vivir del circo. Hay muchos ejemplos de los que se puede tomar nota: Edimburgo, Aviñon o Fira Tàrrega, que son lo que son también gracias a ellos, a mantener viva la calle, en contra del concepto ordenado y regularizado del espacio público, para hacer de el acceso a la cultura y los derechos culturales un hecho y no un objetivo de las políticas culturales.