El circo Medrano

El circo Medrano

En 1958, gracias a las gestiones de Osvaldo Silvestrini, Leónida Casartelli trajo su circo a España con el nombre de Circo Aurora, y otras veces utilizando su apellido familiar. Despertaba gran expectación por donde quiera que pasara. Un año después, se desvinculó de la empresa Hermanos Amorós-Silvestrini, para girar de nuevo con el nombre de Circo Nacional Español Coliseum.

Es casi una utopía soñar que un circo basado en los animales-artistas pueda regresar a nuestro país para emprender una nueva tournée, por lo que no nos queda más remedio que viajar hasta Italia para poder ver su espectáculo. Esto fue lo que hice durante mis vacaciones, acercándome hasta Feltre, una ciudad italiana nada turística, pero pese a ello, en tres días llegaron a dar seis funciones. Señal inequívoca de que el circo de calidad despierta el interés en Italia.

A medida que los espectadores se van acomodando en sus asientos, estos pueden contemplar el Clown de Oro que los Casartelli ganaron en 2007, en el Festival Internacional de Circo de Montecarlo. Todavía nos acordamos del excelente paso a dos sobre el caballo, presentado por Braian e Ingrid y de la fabulosa pantomima de Aladino, que todavía están presentando. Como no podía ser de otra manera, los números de animales constituyen uno de los mejores atractivos del programa. Todos ellos reclaman la presencia constante del domador Braian.

Sus doce caballos en libertad son uno de los mejores exponentes, por la belleza de los animales, la calidad y sincronización de sus ejercicios. Las clásicas evoluciones en dos grupos de dos que van agrupándose, los doce caballos levantándose a la vez sobre sus patas traseras… pero sin dudarlo me quedo con dos momentos difíciles de contemplar: los tres giros sobre si mismo de un caballo levantado y la vuelta completa a la pista, con un caballo en idéntica posición, seguido alegremente por toda una troupe de zíngaros.

Más adelante, cuatro caballos montados presentarán un número de alta escuela, acompañados por varias bailarinas, en una ambientación a la mejicana. Cuando llega el turno de Aladino, asistimos a todo un desfile de animales: los tres elefantes y los exóticos, con animales difíciles de ver en la pista: un canguro, avestruces y dos jirafas.

Por si fuera poco, el programa cuenta con el gracioso número de Mister Dalmatín, quien con sus ponis y perros tiene una especial sintonía. Las acrobacias y las situaciones cómicas se suceden sin pausa: desde los saltos mortales de un perro saltando contra un pony en movimiento, hasta el pony roquero, que mueve su extensa cabellera, siguiendo con ella el ritmo de Smoke in the water.

Los Flying Michael han pasado por las pistas de los mejores circos europeos y la del Medrano no podía resistírseles. Marlon es quizás el trapecista actual con más clase y parece que cualquier ejercicio que realice sea exento de dificultad. Aunque con el paso de los años, el triple salto mortal ha ido perdiendo la heroicidad que antaño poseía, pocos trapecistas actuales lo realizan a oscuras con su elegancia.

Sin dejar las alturas, mención especial merece el número de la trapecista Stephanie Hones. Excepcional ejercicio que pocas pueden presentar: partiendo en suspensión sobre la parte posterior de sus rodillas, se impulsa para dar un giro completo sobre sí misma y suspenderse sobre sus talones. Supera así el mítico paso de curvas a talones de nuestra Miss Mara.

Las Caribbean Girls, componen el tercer número aéreo que compone el programa: un trío de telas, que evoluciona con gran sincronización al ritmo de la música de Los Piratas del Caribe.

El resto del programa lo componen el globo de la muerte de los Crazy Riders, con hasta cuatro motoristas evolucionando a toda velocidad en su interior; Madame Tube y sus divertidas extensiones y la comicidad de los payasos de soirée Otto y Vladi.

Kevin Huesca presenta un clásico número de ventriloquía y también con el nombre de Voleanda, sorprende junto a su pareja Noelia Fernández, con una fusión de dos artes procedentes de dos países distintos: el flamenco y las boleadoras argentinas.

Pude comprobar por mi mismo la certeza de la palabra que el Circo Medrano utiliza para publicitarse: Indimenticabile, que traducido al castellano significa inolvidable.

Web del Medrano

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