Adrian Schvarzstein: Reír de lo trágico

Adrian Schvarzstein: Reír de lo trágico

El artista y director reconoce que reír de lo trágico es una forma de supervivencia. “El payaso está aquí para, a través de la risa y la alegría, transmitir esperanza, que es un valor que no existe en la visión trágica”. La prensa destaca de Schvarztein la manera sutil y cómica de hablar de cosas importantes, una peculiaridad que está presente en todos sus trabajos.

“El teatro más democrático está en la calle. Es para todos y es de todos”, asegura. Por eso muchos de los espectáculos del artista están creados para el espacio público. En el pasacalle The bed, el personaje de Adrian busca un lugar tranquilo para dormir. Su Green man es un marciano que se destaca de los transeúntes porque no se parece a nadie más. Una docena de actores del espectáculo Kamchàtka, creado y dirigido por Schvarzstein en 2006, aparecen en la calle tan solo con una maleta en la mano. No sabemos de dónde vienen ni a dónde van. Solo sabemos que quieren cuidar de nosotros mientras estamos a su lado, que lo pasemos bien con ellos y que participemos en su juego. El espectáculo rompe las barreras entre la gente y deja mucha luz para compartir con los demás. “Hoy en día, el espacio público se está privatizando cada vez más. El teatro de calle es importante para volver a darle cabida a las personas”, afirma.

Adrian percibe el circo como un arte impresionante, en el cual cada producción es única e irrepetible porque, como la Commedia dell’Arte, el circo es un arte artesanal donde no solo se construye la proeza, sino también se han de construir los personajes, el vestuario, la técnica y el lenguaje. Schvarzstein nos recuerda que el payaso siempre ha sido el que rompía los esquemas. “Es un inocente que provoca a la sociedad, necesitamos a alguien que nos sature un poco de vez en cuando”.

Después de reunir en el espectáculo Circus Klezmer (9è Circ d’Hivern de l’Ateneu 9 barris, 2004) la música festiva de los judíos de centroeuropa (¡y triunfar!), una de las aspiraciones de Adrian erafusionar el circo contemporáneo y la música barroca. Este sueño se cumplió en 2019 con la creación del espectáculo Seasons, estrenado en el Festival Internacional Cervantino de Guanajuato de México. “En la música antigua reside una comicidad enorme, muchas de las óperas barrocas son divertidísimas. En nuestra civilización occidental hay mucho material desaprovechado. Hay que popularizar la música clásica combinada con el circo, como una cosa cotidiana en la programación de los teatros para todos los públicos”.

Una de las cosas que más le preocupa a Adrian es que el sustantivo ‘payaso’ tenga connotaciones despectivas en casi todos los idiomas. “¿Cuántas veces hemos oído en los Parlamentos expresiones como ¡Esto no es un circo! o ¡No hagas el payaso!? Yo siempre digo que a mí me encantaría ser payaso. Si Berlusconi fuera payaso, sería una persona humilde, abierta, amable… El clown, insisto, es imprescindible en la sociedad”.

Foto: Jesús M. Atienza.

(Artículo publicado en el número 65 de la revista Zirkólika). 

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